El juego de la depreciación

 

La depreciación del tipo de cambio no ha realizado un traslado a la inflación


Uno de los problemas más observado últimamente por los mexicanos es el proceso de depreciación de peso frente al dólar. La mayor depreciación se alcanzó en el período enero-febrero, donde la caída fue del 7.33 por ciento. Entre marzo-abril, se dio una recuperación del tipo de cambio, controlándose alrededor sobre los 17.56 pesos promedio.

La depreciación y una ligera apreciación observada, se relacionó con el comportamiento de los mercado de commodities a nivel internacional, en especial el alza en el precio del petróleo en abril, que llego a 37.48 USD el barril después de haber estado a un precio de 21.87 USD el 25 de enero. Otros a factores considerados fueron el comportamiento de la economía de los Estados Unidos, que mostró una situación mejor al resto de las demás economías y a las medidas tomadas a nivel domestico por la SHCP y Banxico, en relación al gasto público y a la tasa de interés.

De acuerdo al comportamiento del tipo de cambio, parece ser que las medidas que mayor incidencia han tenido en cortísimo plazo, fueron las acciones realizadas en la economía doméstica. El recorte en el mes de febrero de 123 mil millones de pesos y el aumento de la tasa de interés visualizaban un mejoramiento de la paridad del poder de compra y de la paridad de interés como determinantes del tipo de cambio. Sin embargo durante el mes de mayo y junio se vuelve a observar un proceso de depreciación del peso frente al dólar, que hasta el lunes 20 de junio mostraba una variación porcentual promedio del 3.24 por ciento.

El comportamiento del tipo de cambio, ratifica una investigación ya presentada en una revista de la Universidad de Santiago de Compostela, que muestra como causa fundamental de la depreciación la falta de crecimiento económico del PIB a precios constantes de la economía nacional, que aunque podrá contenerse con medidas corto placista seguirá siendo un problema que mostrará inestabilidad dentro del mercado doméstico y donde las causas más importantes son internas y no externas.

Sin embargo, aunque para el público significa alarmante el proceso de depreciación aún no se ha convertido en un problema para el funcionamiento de la economía doméstica desde el punto de vista macroeconómico. La depreciación del tipo de cambio no ha realizado un traslado a la inflación, a pesar que este proceso si bien provoca un aumento en las exportaciones de la industria nacional.

También provoca un encarecimiento de los bienes intermedios importados necesarios para la economía nacional, que puede ser considerada como una economía generadora de productos manufacturados.

Los ritmos de crecimiento provocaran, inevitablemente en recortes al gasto público sobre todo en rubro de gastos corrientes, independiente mente de las medidas que puedan tomarse por Banxico en función de las acciones de la Fed. Todo parece indicar que estamos en círculo vicioso que debemos romper con acciones de políticas de industrialización.


Profesor del Dpto. de Estudios Empresariales Universidad Iberoamericana

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