Economía, finanzas y democracia

 

Las encuestas de salida fallaron y los resultados sorprendieron


Para la medianoche del domingo 5 de junio, los programas de resultados electorales preliminares de los estados presentaban avances heterogéneos en el cómputo de las elecciones celebradas unas horas antes, pero pasada la medianoche comenzaron a fluir a raudales los avances. Las encuestas de salida fallaron y los resultados sorprendieron a políticos, analistas y aficionados.

El resultado electoral no sólo tiene qué ver con cómo se llevaron las campañas desde el ángulo político, sino que dependen también de diversos aspectos económicos y sociales, como el desempeño de la economía, el empleo, la inseguridad, la corrupción, el nivel de endeudamiento, la desigualdad, el estado de derecho, entre muchos otros.

Si estudiar los estados antes de la elección fue muy interesante, estudiarlos después de la jornada electoral lo es aún más.

De la jornada del domingo pasado se pueden desprender algunas reflexiones: I. Estados que crecen bien económicamente no aseguran que repita un gobernador. La economía importa, pero no es todo. En Aguascalientes y Quintana Roo el crecimiento económico promedio fue el mejor de los 12 estados en los que tuvimos elecciones. Estos dos estados, gobernados por el PRI, crecieron 5.5 y 5.2 por ciento anual durante cinco años y pasarán a ser gobernados por el PAN y por la alianza PAN-PRD en el caso de Quintana Roo.

II. El crecimiento de la deuda enoja a los electores. En Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, el PAN (o la alianza PANPRD) triunfó sobre el partido del gobierno en turno, el PRI; en los tres el crecimiento de la deuda ha sido notorio y en los tres fue usado como uno de los temas más recurrentes en las campañas.

III. El voto sí es un mecanismo de castigo para los gobiernos que evidencian una mala administración. Hay estados donde llevar ante la justicia a los gobernadores en turno cobró fuerza en las campañas.

IV. Falta mucho para que las alianzas arrojen buenos gobiernos. Oaxaca y Sinaloa, donde gobierna una coalición PAN-PRD, no logran conservar el poder, en buena parte por el desprestigio de las administraciones estatales. En ambos estados el PRI estaría recuperando la gubernatura.