Terrorismo amenaza a la recuperación económica mundial

Los ataques terroristas a través de la historia marcan un proceso de afectación a la economía global y particular a la economía de los países donde ocurren los acontecimientos.

En la historia reciente están los ataques del 11 de septiembre del 2001, en la ciudad de Nueva York, constituyendo el inicio de una amenaza que no solo afectaría a la vida política y social a nivel mundial sino también a la vida económica.

Resultado de estos atentados, el PIB de los Estados Unidod, que apenas intentaba salir de un proceso de recesión se contrajo en 1.3 por ciento en tercer trimestre del año y se generó un proceso de incertidumbre generalizada en los inversionistas consumidores e hizo que se tuvieran que adoptar políticas expansivas en extremos para lograr reactivación de la economía. Otros hechos similares se dieron con los atentados terroristas posteriores: España 11 de marzo del 2004 y los eventos terroristas del julio del 2005 en Reino Unido. Todos estos atentados se reflejaron en los mercados financieros y en los impactos de desaceleración de las economías.

Los ataques más recientes llevados a cabo en Francia, Bélgica y Turquía, han producido un efecto inmediato de desaceleración económica, donde la actividad productiva más afectada ha sido el turismo, unido al proceso de contracción del gasto de consumo, incertidumbre en los inversionistas y aumento del gasto gubernamental por las acciones contra el terrorismo, conduciendo a un aumento de su deuda pública. Por solo citar un efecto analistas franceses consideraron que la perdida de los atentados, del 13 de noviembre del 2015, alcanzo los 2000 millones de euros, es decir el 0.1 por ciento del PIB, sin que entremos a considerar los efectos en Bélgica, cuya capital es considerada en corazón de Europa y tiene a 45 km de su capital el tercer puerto más importante para el comercio de Europa: El Puerto de Amberes

Desde un punto de vista estrictamente económico, es prematuro y difícil calibrar qué consecuencias pueden tener para la evolución de Europa los atentados de Bruselas y París y el recrudecimiento de la guerra en Siria e Irak. Todo hace pensar que al tratarse de actos terroristas con gran repercusión mediática, se detecte una caída de la confianza de los consumidores, lo que podría dañar las perspectivas de consumo, especialmente las referidas a viajes y reservas turísticas, con afectaciones globales.

Además de un posible replanteamiento de nuevas formas de cooperación entre Rusia y la Unión Europea y un reforzamiento de las fronteras dando inicio a una nueva etapa en términos de política migratoria.

El FMI, en sus minutas sobre el comportamiento de la economía mundial, ya había situado como aspecto alarmante para la recuperación, la situación de conflicto bélico y terrorismo que se está viviendo a nivel mundial. La realidad lo está corroborando.

Profesor del Dpto. de Estudios Empresariales-Universidad Iberoamericana

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