El blof viene del norte

 

Para Trump, la renegociación del TLC no es más que un juego de negocios


Para Donald Trump, la renegociación del TLC no es más que un juego de negocios. En términos coloquiales el presidente de Estados Unidos “blofea”. De inmediato muestra que el acuerdo comercial fue una simple bandera electoral. Una promesa para el electorado al que se dirigió. Su mensaje fue contundente y sacrificó lo que no tendría costos políticos. De vuelta, fue una mera estrategia sacada de sus manuales del buen negociador.

Recientemente su indiscreción lo llevó a revelar en una reunión en privado con senadores republicanos que su amenaza de retiro del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) es una “táctica de negociación”.

La publicación Inside US Trade consignó la indiscreción cometida. Y sin menoscabo, Trump pidió a los senadores que confiarán en su capacidad de lograr un mejor acuerdo.

Pero quien refuerza la teoría del “blof” es el secretario de Comercio, Wilbur Ross, ya que en una entrevista confió que Estados Unidos no se encuentra en posición de ofrecer ninguna concesión a cambio de las que ha solicitado a México y Canadá en las rondas de negociación.

“Estamos pidiendo a dos países que dejen algunos privilegios que han disfrutado por 22 años. Y no estamos en una posición para ofrecer nada a cambio”, afirmó Ross.

De tal presidente tal colaborador. Ambos muestran que la estrategia ha sido la de presionar y no han ofrecido algo a cambio. Estas recientes declaraciones cambiarán el sentido de la renegociación ya que exhibe que no se puede sostener una negociación. Por ello se entiende que también se descalifica a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Trump no está dispuesto a mostrar que se encuentra en un intenso juego retórico. Una negociación sustentada en la presión psicológica. Tal y con el mismo argumento para ganar la presidencia.

Las negociaciones para la modernización del TLCAN se prevé que concluyan en marzo, ya que en los temas que se tardarán los negociadores son el acceso a los mercados, propiedad intelectual y aranceles. Además de los tuitazos y amagos de Trump.