El influyente de Palacio

 

La voz y la notoriedad de Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de la Presidencia, aumentó, y no por casualidad, desde el mismo día en que el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, presentó su renuncia en la que acusó que dejaba el gabinete —entre otras razones— por discrepancias con “personajes influyentes del actual gobierno con […]


La voz y la notoriedad de Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de la Presidencia, aumentó, y no por casualidad, desde el mismo día en que el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, presentó su renuncia en la que acusó que dejaba el gabinete —entre otras razones— por discrepancias con “personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.

Mientras, la renuncia se viralizaba vía twitter, el mercado de valores y el dólar resentían la súbita salida de Urzúa. En medio de la agitación y la especulación en que al interior del gabinete presidencial había roces, Romo sostenía una reunió con el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal. Los temas de energía, inversión, generación de empleos desarrollo de “clústeres” e impulso a los sectores automotriz y aeronáutico eran parte de la agenda manejada por el también empresario regiomontano.

Al día siguiente, el presidente Andrés Manuel López Obrador admitía desde temparana hora que la confrontación en el interior de su gabinete era una versión cierta. Las diferencias con Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia y las discrepancias sobre el Plan Nacional de Desarrollo también motivaron a Carlos Urzúa a presentar su renuncia, explicó.

Sin embargo, el tema no es sólo la influencia que Romo ejerce sobre las decisiones en los planes de gobierno. Es el empoderamiento que trae desde hace más de siete años que mantiene una estrecha relación con Andrés Manuel López Obrador fomentada, en su momento, por Dante Delgado. A final de cuentas Romo es el ideólogo y coordinador de la elaboración del Proyecto de Nación 2018-2024. Antecedente del Plan Nacional de Desarrollo. Con ese aspecto a su favor es lo que lo colocaba encima del defenestrado secretario de Hacienda, antes y después de su salida.

Desde hace 19 años, Romo tiene en su proyecto personal como empresario “altruista” la preocupación por sectores como el agrícola y el de educación. Además de que se define como un creyente de la gente honesta que está preocupadad por tener una población más próspera, por ello es que el plan es hechura de él y no permitiría que tuviera modificaciones.

La crónica de la semana de Alfonso Romo continuó el miércoles. Ubicado a la derecha de Andrés Manuel López Obrador recibió a Adrián Sada Cueva, presidente de la Cámara de la Industria de la Transformación de Nuevo León y a unos 40 empresarios de esa región.

La señal es más que obvia en esa reunión, Romo salió bien librado del choque con Urzúa, los empresarios neoleoneses presentaron sus peticiones para poder aumentar las inversiones. Incluso, la celebración la dio el mismo Sada Cuevas al expresar que hay certidumbre y apoyo del Presidente.

Tras esa reunión Alfonoso Romo se gana una estrellita más y es la muestra del poder y la influencia que tiene en Palacio Nacional. Y es que es el momento del Jefe de la Oficina de la Presidencia, años atrás jamás dio señales claras de sus gustos políticos. Lo mismo tuvo acercamientos con el PRI y con el PAN.

Ahora es claro que es quien le habla al oído al Presidente. Es el amigo, el asesor y quien puede tirar a un secretario de Hacienda si no cumple con los idearios de la Cuarta Transformación que ya trazó.