Optimismo en cumbre México-EEUU a pesar de incertidumbre

 

MÉRIDA, México (AP) — Empresarios y políticos de México y Estados Unidos iniciaron el viernes una reunión para promover el comercio en una época en que las medidas de ambos gobiernos inquietan a los inversionistas, expresando su optimismo a pesar de la incertidumbre y las tensiones en torno a la frontera y la inmigración. Las […]


MÉRIDA, México (AP) — Empresarios y políticos de México y Estados Unidos iniciaron el viernes una reunión para promover el comercio en una época en que las medidas de ambos gobiernos inquietan a los inversionistas, expresando su optimismo a pesar de la incertidumbre y las tensiones en torno a la frontera y la inmigración.

Las inversiones en México se han enfriado a la espera de la aprobación del nuevo pacto comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (el T-MEC, la actualización del TLCAN), así como por otras preocupaciones por la economía global, y los asistentes consideran que la ratificación es una solución a eso.

El presidente y director general de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Thomas Donohue, enfatizó el valor de la relación entre México y Estados Unidos, señalando que cada día los países comercian bienes por un valor de más de 1.700 millones de dólares y unas 500.000 personas cruzan legalmente su frontera compartida para trabajar, ir a la escuela o por turismo.

“Por eso hemos luchado tan vigorosamente para que se complete exitosamente el T-MEC”, dijo Donohue, “y mantendremos esa lucha hasta que el pacto se ratifique e implemente”. También pidió que Washington elimine los aranceles de acero y aluminio contra México y Canadá antes de que el Congreso sopese el acuerdo comercial.

En comentarios dirigidos a los ejecutivos y líderes políticos reunidos, Donohue expresó su duro rechazo a las recientes amenazas del presidente Donald Trump de cerrar la frontera sur de Estados Unidos y sus advertencias contra los inmigrantes de que no lleguen porque “nuestro país está lleno”.

“Estados Unidos tiene la tasa de desempleo más baja en 65 años. Dicho de manera simple, se nos acabó la gente”, afirmó Donohue, y agregó que la comunidad comercial cabildea para expandir la fuerza laboral en Estados Unidos y para que se apruebe “una ley migratoria efectiva lo más pronto posible”.

El mensaje fue bien recibido por la audiencia mexicana.

“Acabamos de escuchar que Estados Unidos tiene dinero y le falta gente”, dijo Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial de México. No puede haber “una forma más clara de estar aliados”.

Las organizaciones de Donohue y Salazar Lomelín firmaron un acuerdo de cooperación al finalizar la reunión. El mismo viernes, la Cámara de Diputados de México aprobó una reforma laboral cuyo objetivo es asegurar que los trabajadores puedan votar libremente por su representación y contratos sindicales, un cambio necesario para que se apruebe el T-MEC.

Aunque Trump se retractó recientemente de su amenaza de cerrar la frontera sur del país, el envío de contingentes de agentes fronterizos para hacer frente a una oleada de familias migrantes ha provocado largas esperas en los cruces entre ambas naciones norteamericanas, por lo que los conductores duermen en sus camiones para no perder su lugar en la fila.

Las posibles alteraciones en la cadena de abastecimiento industrial trasfronterizo preocupan a algunos en la reunión.

“Por motivos de control (el gobierno) está echando mano de lo que sea necesario para movilizar el comercio, movilizar a la gente y bienes legal y eficientemente a través de nuestros puntos de entrada”, dijo Antonio Garza, exembajador de Estados Unidos en México.

Laurence Fink, presidente y director general de la firma de gestión de inversiones BlackRock, habló de extensas oportunidades de inversión en México y pidió que ambos vecinos trabajaran juntos.

“Estoy muy entristecido por el rencor y la tensión que ha crecido entre nuestros países… El antagonismo entre nuestras naciones deshumaniza y genera exigencias, envenena el pozo de la oportunidad económica y debilita la visión de que las empresas, los trabajadores y los inversionistas tienen sobre lo que realmente es posible”.

Sin embargo, poco después de tomar posesión el 1 de diciembre, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, causó preocupación entre los inversionistas luego de cancelar un proyecto multimillonario de construcción de un aeropuerto para la capital que tenía un avance aproximado de una tercera parte.

Representantes suyos promovían su proyecto distintivo de infraestructura: un ambicioso “tren maya” que uniría a ciudades, centros turísticos en la playa y ruinas arqueológicas en el sureste del país. Durante una cena de gala la noche previa en una lujosa hacienda en el norte de Mérida, las autoridades mexicanas aseguraron a los empresarios vestidos con guayaberas que sus inversiones estarían seguras en México.

Aun así, México tiene trabajo por hacer para atraer capital extranjero. El analista económico y político Macario Schettino escribió recientemente para el diario El Financiero que, a menos que la tendencia cambie, las inversiones podrían caer un 5% en el primer trimestre y posiblemente permanecer en niveles similares a lo largo de 2019.

López Obrador dijo que permanece comprometido con cosas como el fortalecimiento del estado de derecho, las políticas que favorecen la inversión, la disminución de los impuestos y el aumento de los sueldos sin afectar a los negocios, así como el respeto a los contratos. También prometió que trabajará con las naciones centroamericanas que son la fuente de gran parte de la migración hacia el norte para asegurar que dejar el país de origen “sea opcional, no forzado”.

El subsecretario de Energía de Estados Unidos, Dan Brouillette, dijo tras la reunión con la secretaria de Energía mexicana, Rocío Nahle, y el jefe de oficina de la presidencia mexicana, Alfonso Romo, que no hay intención de dar marcha atrás en las reformas que hace cinco años abrieron el sector energético a las compañías privadas en el gobierno del predecesor de López Obrador, el entonces presidente Enrique Peña Nieto, sino sólo la intención de revisar y evaluar su desempeño.

“No obtuve ninguna indicación de que ellos estén tratando de deshacer esas reformas o de alguna manera trastocar esa iniciativa”, dijo Brouillette. “Lo que escuchamos del señor Romo y lo que escuchamos de la secretaria Nahle es que ellos comprenden la inviolabilidad de los contratos, y eso es muy importante para las empresas estadounidenses”, agregó.

Históricamente complicadas, las relaciones entre México y Estados Unidos se volvieron particularmente tensas tras la elección de Trump, quien constantemente critica al vecino del sur por cuestiones de comercio, la frontera y la inmigración.

“Felicito al nuevo gobierno presidencial de México por su fuerte énfasis en mejorar el desarrollo económico de esta región en particular”, dijo durante la gala el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross. “También les agradecemos por apoyarnos mientras nos enfrentamos a la crisis en nuestra frontera sur”.

México es el segundo mercado de exportación más grande de Estados Unidos y su tercer mayor socio comercial, con bienes intercambiados por un valor superior a los 678.000 millones de dólares, según Ross. La inversión extranjera directa de Estados Unidos en México fue de más de 109.000 millones de dólares en 2017, agregó, y la inversión mexicana en Estados Unidos ha superado los 35.000 millones de dólares.