Ve IP panorama económico adverso

 

Necesario, evitar la percepción de debilidad en 2017


La economía nacional se desacelera y la segunda mitad del año luce complicada, con crecimiento a la baja, además de desafíos y riesgos de gran calado, advirtió el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que indicó que en estas condiciones, se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) sea de dos por ciento al cierre del año, por lo que a toda costa se debe evitar que la tendencia de debilidad se extienda para el 2017 ya que el blindaje económico no es suficiente.

Juan Pablo Castañon, presidente del organismo, dijo que esta visión poco optimista para el corto y mediano plazos deriva de factores externos, pero también de internos.

“Los síntomas de debilidad interna siguen acumulándose, el consumo da señales de estancamiento, con una perspectiva agravada por el reto de una mayor inflación. La fuerte depreciación del peso no podía quedar sin consecuencias, y difícilmente los precios pueden ser inmunes a alzas como las que se han dado en gasolina, luz y otros servicios. Por su parte, la confianza de los consumidores ha seguido bajando. Ante los indicios claros de que también hay una menor inversión física privada y pública, deben considerarse las implicaciones de las medidas restrictivas de política fiscal y monetaria que se han instrumentado, bien hechas, bien recetadas y necesarias, pero que no pueden dejar de afectar al crecimiento” , indicó.

El líder de la máxima cúpula empresarial dijo que el blindaje macroeconómico es importante, pero no es suficiente. La fuerte depreciación del peso no responde sólo a la difícil coyuntura internacional y a su uso como medio de cobertura, sino también a desequilibrios estructurales que socavan la estabilidad macro.

Mencionó que “hoy tenemos el más alto déficit público en casi 30 años, lo cual incide en que mantengamos un nivel de endeudamiento público que no es sano”.

Añadió que con deuda y menores ingresos públicos y entradas de divisas, y sin que las exportaciones, en general, hayan reaccionado al tipo de cambio más competitivo, se ha deteriorado la balanza de pagos.

La cuenta corriente presenta ya un déficit que se acerca al tres por ciento del PIB, cuando hace apenas 10 años no llegaba a uno por ciento.

Todo esto acaba por aumentar la vulnerabilidad ante fases de volatilidad financiera y presiona los precios en el interior.

Así, dijo, se frena la mejoría que se ha tenido en el poder adquisitivo de importantes segmentos de la población, y que ha sido el motor del consumo.

“El mercado interno es la carta más fuerte que tenemos en términos de crecimiento”, expresó.

Castañon añadió que a todo ello, hay que sumar el gran desafío de México en materia de Estado de derecho y seguridad.

Señaló que la ingobernabilidad e ilegalidad son un mal precedente para la economía.