A 55 años de la muerte de Winston Churchill, ¿héroe o villano?

 

Winston Churchill, primer ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial, fue un gran patrocinador de la eugenesia y lo que representaba.


Winston Leonard Spencer Churchill fue un político, estadista, historiador y escritor británico, conocido por su liderazgo del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Es considerado uno de los grandes líderes de tiempos de guerra y fue primer ministro del Reino Unido en dos períodos. Murió el 24 de enero de 1965

Churchill n unca ocultó sus creencias sobre la supremacía de la raza blanca , y consideraba que los indios eran una raza inferior.

También defendió el uso de “gas envenenado” contra los kurdos, los afganos y las “tribus incivilizadas” (sus partidarios argumentan que se refería al gas lacrimógeno) y el gas mostaza contra las tropas otomanas.

Como muchos de su generación, tenía puntos de vista antisemitas.

Sus partidarios dicen que todo esto se ha convertido en una “nota a pie de página en la historia” debido al liderazgo de Churchill durante la Segunda Guerra Mundial, que fue vital para mantener la moral y llevar al país a la victoria sobre la Alemania nazi.

Otros argumentan que él no debe ser juzgado bajo los estándares de la sociedad actual y que, a pesar de sus defectos, fue un gran hombre.

No obstante, la controversia sobre su legado no se acalla .

  Winston Churchill seated

La gran hambruna

La crítica más reciente provino de un parlamentario laborista que llamó a Churchill “un villano” por enviar soldados para aplacar un motín entre los mineros en huelga en Gales en 1910, cuando era secretario del Interior.

El mes pasado, un miembro nacionalista del Parlamento escocés (MSP) calificó a Churchill de “asesino en masa” y “supremacista blanco”, y dijo que era personalmente responsable de empeorar los efectos de una gran hambruna que mató a unas tres millones de personas en Bengala, en 1943.

La hambruna de Bengala se produjo después de una mala cosecha y la invasión japonesa de Birmania, que cortó las importaciones de arroz a la región, la cual, en ese entonces, formaba parte de la India británica.

Según Madhusree Mukerjee, autor de “La Guerra Secreta de Churchill”, el Primer Ministro se negó a satisfacer la necesidad de trigo de India y continuó insistiendo en que exportaba arroz para alimentar el esfuerzo de la guerra.

“Odio a los indios”, se dice que le dijo al secretario de Estado para India, Leopold Amery. “Son un pueblo repugnante con una religión repugnante”.

Churchill incluso pareció culpar a los indios por la hambruna, diciendo que se “reproducen como conejos” .