México, mejor preparado ante sismos

Protección Civil mantiene el monitoreo en la brecha de Guerrero
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México, mejor preparado ante sismos

Fausto Lugo García, secretario de Protección Civil de la Ciudad de México alertó que aunque se ha avanzado en materia de prevención contra los sismos, el ejercicio debe ser continuo y permanente y no bajar la guardia, por que no se sabe de qué magnitud va a ser el siguiente.

Ante el desastre ocasionado por los sismos que golpearon a México el 19 y 20 de septiembre de 1985, y que dejaron cerca de 10 mil muertes, la necesidad de perfeccionar y crear dispositivos de protección civil por parte de las autoridades y sociedad se hicieron imperantes.

Según constatan las bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil de 1986, el 9 de octubre de 1985 el entonces presidente de la República, Miguel de la Madrid, designó la creación de la Comisión Nacional de Reconstrucción, con el fin de “dirigir adecuadamente las acciones de auxilio a la población damnificada, sentar bases para establecer los mecanismos, sistemas y organismos para atender mejor a la población en otras eventualidades”.

Comentó que dicha comisión se estructuró en seis comités, uno de los cuales fue el de “Prevención de Seguridad Civil”, al cual se le atribuyeron las funciones de fungir como órgano de consulta, con el objetivo de realizar estudios que llevarían a establecer un Sistema Nacional de Protección Civil.

A 31 años de distancia de los hechos sísmicos que marcaron al país y sobre todo a la Ciudad de México, protección civil no se limita al rescate o distribución de alimentos y ropa a los damnificados, engloba acciones multiformes y actividades que van desde las formativas hasta las operativas, “que alienten la reinserción social de los afectados”.

“El auxilio a la población en una situación de emergencia provocada por un desastre constituye, junto con la prevención, la función más importante de la protección civil”, puntualizó Lugo García.

En la actualidad, refirió el secretario de Protección Civil, la capital desarrolló un sistema de alertamiento temprano, el cual da al menos 40 segundos de ventaja para que la población pueda llevar acabo un protocolo de evacuación.

“Esto se refuerza, hoy en día se ha ampliado la capacidad de informar a través de los altavoces que están en las cámaras de seguridad de la Ciudad de México, teniendo un despliegue en casi todos los puntos de la ciudad y alerta sonora”, indicó.

Asimismo, recordó que se cuenta con un Plan de Atención a Emergencias de la capital, que en su capítulo de sismos da cuenta de cómo deben actuar todas las entidades de gobierno, y “ahí se dan los procedimientos de reacción de cada entidad, en saber qué hacer como parte del procedimientos”.

“Hoy en día se tiene una secretaría que en el 85 no se tenía, era más un área dedicada a temas de emergencias. Ahora la ciudad cuenta con una institución que reglamenta y regula diferentes espacios, tanto privados como público así como espacios comerciales en donde se han establecido rutas de evacuación”, puntualizó Lugo García.

Zona de riesgo sísmico Por otra parte, la Coordinación Nacional de Protección Civil y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), recordaron que México es un país con alta sismicidad, que se manifiesta especialmente a lo largo de la costa del Pacífico, desde Jalisco hasta Chiapas, de tal manera que desde hace aproximadamente dos décadas se identificó a la costa de Guerrero como una zona con alto potencial sísmico, desde Acapulco hasta Zihuatanejo, donde se podrían generar uno o varios temblores de alta magnitud.

En ese sentido, afirmaron que hasta el día de hoy, “ningún” instituto o personas ha logrado establecer un procedimiento confiable para predecir temblores, en ningún país, pese a que los investigadores le han dedicado esfuerzos y recursos.

Por lo anterior, las instituciones explican que, considerando la frecuencia con que ocurren, su distribución geográfica y el tamaño de los temblores en el país, los ingenieros mexicanos han elaborado reglamentos de construcción para hacer y mantener más seguras las edificaciones, por lo que su aplicación constituye una de las medidas más efectivas para la mitigación del riesgo sísmico.

“La Ciudad de México se ha venido preparando para varias áreas a partir del 85, uno de los temas más importantes fue la actualización del reglamento de construcciones, que justamente ahora considera la posibilidad de los sismos de 8.1 de magnitud, que fue similar al que azotó a la capital”, precisó Fausto Lugo García.

Cenapred señala que “la aplicación rigurosa de los reglamentos de construcción reduce la posibilidad de daños y pérdidas humanas”.

“Hemos avanzado, tenemos que reconocer que estamos más preparados que en 1985, tenemos más información, más sistemas de alertamiento, se han mejorado los protocolos de construcción. Tenemos hoy una infraestructura de despliegue de protección civil. La población ya sabe qué hacer antes, durante y después de un sismo”, sostuvo Lugo García.

Datos

  • En los últimos 200 años en México han ocurrido 75 sismos relevantes por los daños o pérdidas que generaron; de éstos, 60 tuvieron magnitud mayor o igual a 7 grados.
  • El sismo de 1985 tuvo una intensidad de 8.1 grados de magnitud y comenzó a las 7:17 horas, aunque en la Ciudad de México se percibió a las 7:19.
  • La alerta sonora preventiva de altavoces en la Ciudad de México comenzó en 2015, en conmemoración de los 30 años de los sismos de 1985.
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