Pizza, culposo antojo

 

Una ración pequeña puede ser apta para dietas de adelgazamiento


Pizza, culposo antojo

En México, la pizza es uno de los platos preferidos de grandes y chicos, y aunque tiene fama de “comida chatarra”, puede convertirse en todo un alimento completo por la variedad de ingredientes que la componen, que la incluirían entre las comidas que satisfacen varios grupos de nutrientes.

La pizza es un alimento rico en carbohidratos (25.8 gramos/100 gramos), grasa (11.5 gramos/100 gramos) y proteína (8.8 gramos/100 gramos).

Una rebanada de pizza, de aproximadamente 100 gramos, aporta unas 234 kilocalorías y, por tanto, una ración pequeña puede ser apta incluso en dietas para bajar de peso. Si deseas controlar el colesterol, una opción es consumir pizzas vegetales con queso descremado y aceite de oliva.

Hay diferentes tipos de pizza, una de las más comunes es la llamada hawaiana; una sola rebanada aporta 230 kilocalorías en promedio, ello significa que al comer siete rebanadas de ésta consumirías el total de calorías que necesita un adulto en un día.

En entrevista, la nutrióloga Fabiola Ruiz señaló que no sólo las calorías son importantes. La cantidad de sodio va de los 434 mg a los 669 mg, por ello en dos rebanadas estarías consumiendo de 868 mg a 1,339 mg de sodio, más de la mitad de la recomendación diaria que da la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual es 2,400 mg por día.

A fin de lograr un equilibrio a la hora de consumir este alimento, aconseja la especialista añadir vegetales entre sus ingredientes para facilitar la digestión y no combinarlo con otros alimentos altamente calóricos, como papas fritas, aros de cebolla fritos, refresco o pastelillos.

Detalló que si se consume una pizza hecha con queso, jamón, tomate, piña (la pizza más tradicional, hawaiana). La piña contiene una gran cantidad de propiedades y beneficios debido a las vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo y una buena salud, y, por increíble que parezca, ese dulce y fresco sabor no necesariamente significa que haya muchas calorías presentes.

Además de ser un plato socorrido, lo recomendable por su facilidad de elaboración es preparar las pizzas en casa, de este modo aseguramos la calidad de los ingredientes.

Podemos emplear casi de todo (carne, pescado, vegetales, conservas) y hacer nosotros mismos las salsas. Los condimentos más utilizados son el orégano, el ajo y la albahaca.

Si se dispone de tiempo y ganas, uno mismo puede preparar la masa para la base. Los ingredientes son harina, levadura, agua, sal y azúcar; sin embargo, resulta mucho más cómodo comprar las bases ya preparadas, congeladas o de panadería.

Lo malo

En las pizzas industriales es muy difícil saber qué tipo de grasas se han empleado, y en muchas ocasiones éstas son de origen animal (malas para nuestra salud cardiovascular) y si son derivadas de vegetales, se trata de productos poco recomendables (aceite de coco y palma). Lo mismo ocurre con los embutidos y otros ingredientes, señalan los especialistas.

Alrededor de 120 millones de pizzas consumen al año los mexicanos, por lo que nuestro país se ha convertido en la segunda nación en el mundo donde se consume más este producto; es tanto el gusto por ellas, que incluso en cualquier esquina se venden rebanadas de entre 10 y 15 pesos.

Algunas personas consideran este alimento como poco sano y por ello lo catalogan en el grupo de la “comida chatarra”. El uso de ingredientes incorrectos, muchas veces el exceso de éstos dentro de la pizza, y comer en demasía es lo que le ha dado esta fama, pero esto no tiene por qué ser así.

Recomendaciones de la OMS

  • Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
  • Las dietas insalubres y la falta de actividad física están entre los principales factores de riesgo para la salud en todo el mundo.
  • Los hábitos alimentarios sanos comienzan en los primeros años de vida. La lactancia materna favorece el crecimiento sano y mejora el desarrollo cognitivo; además, puede proporcionar beneficios a largo plazo, como la reducción del riesgo de presentar sobrepeso y obesidad, y de sufrir enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida.
  • La ingesta calórica debe estar en consonancia con el gasto energético. Los datos científicos de que se dispone indican que las grasas no deberían superar 30% de la ingesta calórica para evitar un aumento de peso.
  • Limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10% de la ingesta calórica total forma parte de una dieta saludable. Para obtener mayores beneficios, se recomienda reducir su consumo a menos de 5%.
  • Mantener el consumo de sal por debajo de 5 gramos diarios ayuda a prevenir la hipertensión y reduce el riesgo de enfermedad cardiaca y de accidente cerebrovascular en la población adulta.