Tacones, daño a costa de la belleza

 

Su uso excesivo genera repercusiones en tobillos, rodillas y cadera


Tacones, daño a costa de la belleza

El uso de calzado con tacones por parte de las mujeres genera un “caminar antinatural”, capaz de ocasionar graves daños a pies, tobillos y rodillas, advirtieron expertos en traumatología.

Si bien los tacones realzan la figura femenina, por lo que en algunos trabajos son una obligación, el uso de éstos por largo tiempo suele generar problemas de salud, que incluso pueden llevar a una mujer a tomar una licencia médica.

Secretarias, modelos y vendedoras, según expertos, son los oficios donde los tacones son una regla y su uso es algo de todos los días, al menos para las horas de trabajo, ya que cada día son más las mujeres que llegan con calzado cómodo a sus puestos de trabajo y sólo se colocan tacones cuando inician la jornada laboral.

Especialistas consideran que el uso de tacones demuestra que los tobillos quedan en forma forzada, el antepié recibe más carga y, por lo tanto, muchas personas tienden a tener hiperqueratosis o callosidades en la planta del pie, en la zona delantera que pueden volverse dolorosas”.

El especialista añade que, igualmente, hay alteración en la mecánica de la rodilla y de la cadera, porque favorece la extensión permanente de la rodilla.

El traumatólogo Pablo Romero comentó que como los tacones son inestables, las mujeres son más propensas a sufrir de esguinces, es decir, caídas sobre sus tobillos; además, el uso de este calzado demanda mayor carga energética de los ligamentos y tendones del tobillo.

“Asimismo, ayudan al acortamiento del tendón de Aquiles; esto produce un cambio en la forma de caminar que es, mecánicamente, poco natural, pero hace que la mujer se vea más esbelta y erguida;”, comentó.

Un estudio realizado en 2015 para conocer las preferencias de compra de las mujeres, determinó que 72 por ciento de ellas usaba en forma habitual tacones altos.

Paula Manríquez, secretaria de profesión, dijo que “los tacones aburren, molestan; pero hay que usarlos, es una tradición que toda secretaria que se precie de tal use tacones, en lo posible altos y delgados, como el tacón aguja”.

Reconoció que “con el paso del día duelen los pies, es verdad, por eso muchas veces cuando debo estar sentada en mi escritorio me los saco para descansar y rápidamente me los pongo cuando me debo parar de mi puesto de trabajo”.

El doctor Jorge Filippi, de la Universidad Católica de Chile, expuso en un estudio que “el movimiento normal de la marcha consta de tres fases.

“Primero se apoya el talón, después se pisa con el pie completo y luego se produce el despegue de la parte de apoyo delantera”, explicó.

En cambio, cuando se camina con tacones, “esto no ocurre igual y la fase de despegue es más restringida, por lo que puede resentirse la musculatura de las piernas”.

“La espalda debe estar más recta de lo habitual para poder equilibrarse, lo que aumenta la lordosis (curva hacia adentro de la columna lumbar justo por encima de los glúteos)”, añadió.

El uso de tacones en forma “indiscriminada”, puede generar lesiones traumáticas por una pérdida de estabilidad que dificulta el equilibrio, con lo cual aumenta el riesgo de caídas y puede llevar a esguinces de tobillo, dijo Filippi.

Advirtió que “una persona con una diabetes avanzada, con problemas de sensibilidad en los pies, tiene más posibilidades de sufrir úlceras y lesiones al utilizar este tipo de zapatos”.

El traumatólogo Gonzalo Díaz aseveró por su parte que el usar tacones altos genera que el peso del cuerpo se desplace hacia delante, con lo cual aumenta la presión sobre los dedos y modifica el punto natural de apoyo.

La necesidad de cambiar el punto natural de apoyo del cuerpo genera un cambio de postura en busca de equilibrio, lo que a su vez provoca problemas en las articulaciones, agregó.

Según estudios científicos, un zapato femenino con un tacón de ocho centímetros de altura provoca siete veces más esfuerzo en la punta del pie que uno de dos centímetros, por lo que expertos recomiendan usar calzado bajo y de punta amplia para no provocar daños en los dedos.

A juicio de expertos, un zapato femenino no debería tener un tacón superior a los cinco centímetros, siendo lo ideal entre dos y tres centímetros, y las mujeres deberían preferir modelos con terraplén o tacones anchos.


Con información de Notimex