De aquí han salido los mejores luchadores
La lucha libre, el gran deporte de México que convoca a centenares de aficionados a las arenas donde se reúnen para admirar, y también criticar, las fortalezas físicas y mentales de los gladiadores que dejan sudor, sangre y una que otra lágrima en el cuadrilátero.
El deporte espectáculo, en el que los luchadores causan entre el respetable lo mismo admiración que furia; sin dejar de lado la exaltación que provoca el misterio que rodea la personalidad escondida tras una máscara.
Los súper héroes de carne y hueso de muchos niños, y adultos, que no saben dónde se originaron, mucho menos si son de este planeta pues algunos… vuelan.
El origen, ese dilema existencialista, físico -espiritual, tiene en la lucha libre varias vertientes, sin embargo hoy nos abocaremos al gimnasio, uno de los templos sagrados de todo aquel que se diga luchador.
El gimnasio, donde los cuerpos se moldean, donde la resistencia se profesionaliza y donde el arte del llaveo y contrallaveo se perfecciona. El lugar donde los súper héroes aprenden a volar.
Y los hay por montón, pero sólo algunos de ellos han visto nacer a verdaderos ídolos, a leyendas, a las máscaras más cotizadas del pancracio nacional.
Los maestros o entrenadores juegan un papel crucial, siendo uno, en particular, el que más luchadores profesionales ha dado al mundo: don Cuauhtémoc “Diablo” Velasco (1919-1999)quien entre otros entrenó y pulió al Santo, Satánico y Atlantis.
Dos de los alumnos más avanzados del maestro “Diablo” Velasco
Guadalajara, cuna de grandes ídolos, no sólo en el futbol, sino en la lucha libre, era el hogar del maestro “Diablo” Velasco, quien inició en la lucha libre a la edad de 18 años, en la antigua Arena México, en un ya lejano 1937.
El alumno de Raúl Romero, que se pulió con Gory Guerrero. La gran enciclopedia de la lucha libre, como lo catalogara Blue Panter, tuvo una efímera pero exitosa carrera en Guadalajara utilizando el personaje de Diablo Cruz.
Tras una lesión, el luchador se tuvo que retirar para dar paso a su otra faceta que lo llevaría a ganarse el respeto de propios y extraños, la de entrenador.
En 1959 fue nombrado entrenador en la Arena Coliseo de Guadalajara, en donde entrenó y pulió a gran parte de los gladiadores que a posteriori serían grandes ídolos, no sólo en México sino en el mundo.
La escuela más importante de la lucha libre en México, la de don Diablo Velasco, vio pasar entre sus filas a los luchadores:
-Atlantis
-Shocker
-Satanico
-El Dandy
-Cien Caras
-Rayo de Jalisco jr.
-Mano Negra
-Alfonso Dantes
-Solar
-Perro Aguayo
-Texano
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