La “Compañía de Jesús” en México mantiene su exigencia de justicia por asesinato de sacerdotes jesuitas

La "Compañía de Jesús” en México mantiene su exigencia de justicia por asesinato de sacerdotes jesuitas Foto: Internet
La “Compañía de Jesús” en México mantiene su exigencia de justicia por asesinato de sacerdotes jesuitas Foto: Internet 

La "Compañía de Jesús” en México mantiene su exigencia de justicia por asesinato de sacerdotes jesuitas, ocurrido hace un mes.


Al cumplirse el primer mes del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, del guía de turistas Pedro Palma Gutiérrez y del Joven Paul Osvaldo Berrelezza Rábago, quien fue levantado junto a su hermano Jesús Armando (quien por fortuna fue localizado con vida) en Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua, “La Compañía de Jesús” en México sigue exigiendo justicia y advirtió que:

“Estamos convencidos de que si prevalece, como hasta ahora la impunidad, no será posible avanzar hacia la reconciliación y la paz”.

Estos delitos se le imputan directamente a José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, de ser el autor intelectual y material y por el que la Fiscalía General del estado de Chihuahua, ofrece una recompensa de hasta 5 Millones de Pesos por quien aporte información veráz, eficaz, eficiente y útil que conduzcan a su captura, y por la que además se ha conformado un equipo de fuerzas federales y estatales en su búsqueda, localización y aprehensión.

“La Compañía de Jesús” señaló mediante un comunicado este miércoles, que durante este mes ha manifestado a las autoridades de los diferentes niveles de Gobierno que es prioritario que se garanticen los derechos de las comunidades Rarámuri, la atención que sobre la región ha generado este lamentable hecho que sacudió al país no puede ser coyuntural.

“Se deben revertir las causas estructurales de la violencia en la Sierra, que prevalecen desde hace décadas”.

Y lamentó que dada la ausencia de Estado en la región, es indispensable que continúen presentes de forma provisional las fuerzas federales, con los protocolos adecuados para interactuar con culturas indígenas y asegurando el respeto irrestricto de los derechos humanos, hasta que se reconstruyan las condiciones de paz en las comunidades de la Tarahumara.

“El intempestivo asesinato de nuestros hermanos jesuitas nos remite a la vivencia de tantas víctimas de la violencia que siguen esperando justicia y verdad en nuestro México adolorido”.

Además, recordó a las familias de personas desaparecidas, a las víctimas de feminicidio, a los migrantes que no volvieron a casa, a los periodistas que perdieron la vida ejerciendo su labor, a las personas desplazadas por la violencia, a tantas y tantos que (como nosotros) también esperan una justicia que no llega.

Y destaca que por las mujeres, por las infancias, por las juventudes, por todo el pueblo de México, hoy más que nunca es indispensable caminar en conjunto con diálogo, con responsabilidad, con propuestas y con esperanza, privilegiando la atención de preferencial a los más pobres.

“Reiteramos el llamado que hemos hecho a abrir espacios de diálogo para revisar la actual política de seguridad”.

En la misiva, los jesuitas agradecen la solidaridad internacional y nacional que han recibido.

“Agradecemos a quienes se han unido a nuestro llamado de justicia y reconciliación, nos sentimos unidos a muchas voces que anhelan la paz en nuestro país”.

Finalmente señala que la memoria de los sacerdotes Joaquín y Javier, de las demás víctimas de Cerocahui, y de tantos dolientes que en México, no reciben la misma atención:

“Nos llaman a no consentir la impunidad y a trabajar por la reconstrucción del tejido social. Sabemos que en ese camino seguiremos coincidiendo con miles de mexicanos y mexicanas que anhelan un país con paz, justicia, dignidad y derechos humanos”.