Agradecen milagros a la Guadalupana

 

Tanta es su fe en la virgen de los mexicanos, que platicó que se ha vestido en varias ocasiones con la túnica verde con el que se identifica en su estampa.


Saltillo, Coahuila / 13 Diciembre 2018

Por: David González

Entre muletas, enfermos, achaques  de la edad o para presentar a las nuevas generaciones  de creyentes, devotos de la Guadalupana se congregaron en el santuario de Guadalupe desde temprana hora para  rendirle homenaje y pedirle un milagro.

En un lento caminar, abriéndose paso con su andadera de aluminio, Petra García de 80 años, acudió a saludar a la Virgen como lo hace cada 12 de diciembre para darle gracias de todos los favores concedidos en el año.

“Desde que estaba chica vengo, mi madre nos traía a todos y ahora mi hijo es el que me trae a mí”, dijo la ahora abuela de decenas de nietos a quienes ha enseñado la devoción por la morenita del Tepeyac.

Tanta es su fe en la virgen de los mexicanos, que platicó que se ha vestido en varias ocasiones con la túnica verde con el que se identifica en su estampa.

Asimismo, recordó que uno de los milagros más fuertes para ella, ocurrió cuando tuvo una fiebre muy alta que casi le cuesta la vida y logró salir adelante. Por ello, ya avisó a su familia que cuando muera, la deben sepultar vestida con la túnica verde.

Por su parte, Raúl Alvarado, acudió también al templo empujado por el fervor guadalupano una vez más, como lo hace desde 50 años atrás. Ante ella dice que acudió a pedir por una de sus hijas que tuvo meningitis, que solo queda el recuerdo pues señaló que la Virgen los sacó de ese problema de salud.

Por eso dijo que acudió a una manda hasta la Basílica de la ciudad de México donde llevó a su hija y en el que cada año como este 12 de diciembre recuerdan el favor de la virgen.

Apenas con cinco años de edad y educado en un colegio guadalupano, el niño Cristóbal se presentó a medio día en el santuario para que, como lo hace desde que tenía dos, danzarle a la “virgencita”.

Ataviado de penacho, huaraches de hojalata y con un traje verde limón, reconoció como se lo ha inculcado su madre que la Guadalupana es la madre de Dios.

Francisco Alejandro  un abuelo de 70 años, cargó a su nieto para llevarlo ante el altar en señal de reverencia por los milagros de salud que le ha concedido y por los que dijo sentirse orgulloso de tener una madre morena como la guadalupana de los mexicanos.