El amor por los hijos las llevó a otro país

 

Saltillo, Coahuila / 10 de Mayo de 2019 Por: David González Por los hijos uno tiene ganas de luchar y salir aunque sea muy lejos, ya que todo esfuerzo vale la pena para que ellos sean mejores. Así es la experiencia de tres madres migrantes que con mucha dificultad y con niños a cuestas, tuvieron […]


Saltillo, Coahuila / 10 de Mayo de 2019

Por: David González

Por los hijos uno tiene ganas de luchar y salir aunque sea muy lejos, ya que todo esfuerzo vale la pena para que ellos sean mejores.

Así es la experiencia de tres madres migrantes que con mucha dificultad y con niños a cuestas, tuvieron que salir de su país de origen a causa de la violencia o la pobreza.

Para los centroamericanos, el día de la madre también se celebra el 10 de mayo o en otros casos, el segundo domingo de este mes, pero a diferencia de un festejo como en muchas familias, su logro es sobrevivir y dar un futuro mejor a sus hijos.

Káren Benites, de 31 años, llegó a Saltillo hace casi un año luego de un largo camino desde su natal Honduras. La madre de tres hijos cuenta que si para un hombre es difícil cambiar su rumbo de vida, es más complicado cuando es madre soltera de tres niños.

Dejó claro que con una mamá migrante no hay certeza de riqueza pero aseguró que con su ejemplo les enseñará a trabajar y valerse por sí mismos.

Karen recordó que salió de Honduras a causa de la violencia y que las pandillas intentaron arrebatarle a su hijo de 13 años, por lo que al morir su esposo, no tuvo opción más que emprender el viaje hacia Saltillo con su hijo adolescente y otros pequeños de 5 y 8 años.

Es muy difícil ser madre soltera, traer tres niños, porque tiene que tener fuerza para sacar a tus hijos de donde sea ya que estamos en un mundo muy corruptible y toda madre tiene que defender y buscar que sus hijos estén mejor”, contó.

Del regazo a las vías del tren

Una de las mujeres más joven del grupo de migrantes de apenas 24 años y que no quiso revelar su nombre, dijo que tuvo su primer hijo cuando tenía 14 años y ahora con un niño de 10 y otro de 5, salió a buscar una mejor oportunidad de vida con la consigna de proteger y velar por ellos donde sea que los agarre la noche.

De nacionalidad salvadoreña, la mujer lleva dos meses huyendo de la pobreza con la esperanza de quedarse en  Monterrey y hallar un trabajo que le permita dar de comer a sus dos pequeños.

Para viajar con dos hijos, una como madre debe aguantarse el hambre para darles lo que consiguen y no tomar agua para que ellos ni sufran de sed”, dijo.

Resaltó que ha sido duro porque han tenido que dormir en las vías del tren, en el suelo del campo y mendigando no para ellos sino para calmar el hambre de sus pequeños.

Yo salí por dos razones: una mi familia es de muy bajos recursos no teníamos dónde vivir,  mi mama está muy grave y no tenemos para medicinas”, indicó.

A pregunta expresa sobre qué le diría a los hijos de aquellas madres que tienen la fortuna de estar en su tierra y con un buen techo, señaló que se debe valorar todas las bendiciones y sobre todo ver el esfuerzo que cualquier madre hace por sus hijos sin importar el lugar, la hora o la circunstancia.

La extorsión la llevo a salir de su tierra

Con 40 años de edad y dejando a uno hijo adolescente en Honduras, Yazmín salió de su país con el otro de sus pequeños en busca de un mejor vida.

Salí de allá porque teníamos un negocio, nos extorsionaban y querían las famosas cuotas, por lo que a pesar que es una decisión difícil, hay veces que debes decidir en agarrar el camino y dejar atrás esa mal vida”, concluyó.

Estas tres madres migrantes coinciden en que todo el esfuerzo, las penurias, el hambre y la desolación valen la pena cuando se trata de lograr un mejor porvenir para sus hijos .