El Coco Bongo, bar de noche, escuela de día

 

Tras los sismos de septiembre, alumnos y profesores han tenido que buscar opciones para seguir con el ciclo escolar


El pasado sismo de septiembre, que sacudió la zona sur del país con una intensidad de 8.2, dejó sin escuela a decenas de alumnos de Chiapas y Oaxaca.

Fue en esta última entidad, específicamente en Juchitán, donde un bar, antro, o centro de ‘no tan sana diversión’, abrió sus puertas a los niños que se quedaron sin escuela y hasta el momento todo marcha viento en popa.

Contrario a lo que se pensara, los pequeños, cuyas edades van de los cinco a los doce años de edad, asisten al Coco Bongo a tomar… clases.

La iniciativa nació de los propietarios del lugar quienes veían en sus propios hijos las carencias dejadas por el reciente sismo.

Así que ni “tardos ni perezosos” se pusieron manos a la obra y adaptaron las mesas y sillas, que en las noches siguen recibiendo a sus clientes habituales, en el patio, compraron un pizarrón y convocaron a alumnos, maestros y todo aquel que quisiera ayudar.

La iniciativa ha sido un éxito pues maestros se unieron, cuentan con una psicóloga y hasta con un docente de inglés y otro de pintura.

A las clases asisten 35 pequeños alumnos quienes día a día se regularizan o se ponen al corriente en sus materias.

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