Desde hace 25 años, Esther es “ánima” en Taxco durante Semana Santa

 

Por Adriana Covarrubias. Corresponsal Taxco, Gro., 19 Abr (Notimex).- Desde hace 25 años, Esther mantiene una tradición familiar y es la octava generación de la Hermandad de las Ánimas de Santa Prisca y San Sebastián donde, vestida de negro, con cadenas y cirios en sus manos, recorre las calles empedradas de Taxco en una posición […]


Por Adriana Covarrubias. Corresponsal

Taxco, Gro., 19 Abr (Notimex).- Desde hace 25 años, Esther mantiene una tradición familiar y es la octava generación de la Hermandad de las Ánimas de Santa Prisca y San Sebastián donde, vestida de negro, con cadenas y cirios en sus manos, recorre las calles empedradas de Taxco en una posición encorvada y en voz baja.

Esther inició a los 16 años de edad a formar parte de la Hermandad de las Ánimas, y durante un año todos los domingos, de 06:00 a 20:00 horas, se prepara en la parroquia con el tema del Evangelio para aplicarlo en la vida diaria y no tener temor ante los sucesos de violencia.

Relató que su familia es la pionera de poner el altar a las Ánimas del Purgatorio en Taxco y ella forma parte de la octava generación que ha transmitido el fervor religioso durante la celebración de la Semana Santa en esta ciudad colonial.

En está hermandad tradicional, integrada sólo por mujeres, va cambiando el número de sus integrantes, pues inició con 90 “ánimas” y ahora sólo queda un grupo de 20.

Para ingresar a la Hermandad de las Ánimas, las mujeres tienen que ser mayores de edad y prepararse.

Durante las procesiones que se realizan como parte de la celebración de La Semana Santa, Esther porta un vestido y túnica de color negro y largo con mangas; además utiliza un capirote -gorro alto- para guardar su identidad.

Esther también coloca sobre su vestido negro y a la altura de la cintura un cabestro que sujeta fuertemente y en sus tobillos se coloca una argolla para sujetar tres metros de cadenas, que arrastra a su paso por las calles de Taxco.

En las manos porta dos cirios de medio kilo cada uno y durante el trayecto que recorre lo hace de manera encorvada, realizando en voz baja oraciones.

Esther aseguró que durante los largos recorridos no siente dolor y la preparación que se hace para formar parte de la Hermandad de las Ánimas les ha ayudado.

“Cuando salgo a la procesión encorvada no siento dolor, porque vamos meditando y rezando, hablando con Jesús porque eso es orar hablar con él y no sientes si el tramo es corto o largo; no lo sientes cuando estás totalmente entregada a él”, dijo.

Añadió que esta hermandad es la única en que sus miembros no van erguidos, siempre van encorvados, y para descansar a veces se quedan en dicha posición o en cuclillas y van descalzas.

Para Esther convertirse en “ánima” es una gratitud enorme porque es un año de preparación “para llegar a este momento de la Semana Santa y encontrarte con Jesús”.

-Fin de nota-

NTX/ACS/VGT