Científicos de la UNAM analizan enjambre sísmico en Michoacán

Sismo Foto: Internet
Sismo Foto: Internet 

De acuerdo con el grupo de expertos estos eventos posiblemente se deban a condiciones magmáticas.


Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) analizan los orígenes del enjambre sísmico que ocurre en el estado de Michoacán desde el 5 de enero de 2020.

Y es que de acuerdo con el director del Instituto de Geofísica, Hugo Delgado Granados, no hay ninguna garantía de que se trate del nacimiento de un volcán, como se ha venido especulado.

Consideró que la situación se tienen que observaciones por mayor tiempo, por lo que un grupo multidisciplinario de 50 científicos hacen monitoreo permanente.

“Medimos una serie de factores para discernir qué tipo de fenómeno es”, mencionó Delgado Granados.

Indicó que el equipo está conformado por expertos de los institutos de Geofísica e Ingeniería; de la Facultad de Ingeniería y del Centro de Geociencias de la UNAM, además de las universidades de Colima y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, coordinados por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Señaló que de acuerdo con el grupo de expertos estos eventos posiblemente se deban a condiciones magmáticas, que no forzosamente termina en el nacimiento de un volcán. “Hay que tener mucho cuidado y evitar especulaciones y noticias falsas”, aclaró.

Explicó que los enjambres sísmicos están asociados a rupturas múltiples: varias rocas de la corteza se rompen a distintas profundidades debido a los cambios en los esfuerzos. “Si se aprieta, cuando se rompe libera energía acumulada; esa energía es sísmica, de movimientos o vibraciones del terreno”, manifestó.

Dijo que lo que ocurre en Michoacán es el rompimiento en distintos niveles, entre 40 y cinco kilómetros de profundidad; la mayor parte a unos 15 kilómetros, lo que es reportado de manera oportuna por el Servicio Sismológico Nacional (SSN), adscrito al IGf, resaltó.

El científico recordó que cuando nacieron los volcanes Paricutín y Jorullo, en Michoacán, los sismos eran sentidos por la gente, y en este momento los reportes son del SSN, porque para la población han pasado desapercibidos.

“Cuando nació el Paricutín la sismicidad era tan fuerte que fue detectada en las estaciones de Guadalajara y la de Tacubaya, en la Ciudad de México, y ahora únicamente es registrada por estaciones más cercanas”, finalizó.