Tabasco: 30 años después, cinco gobernadores y AMLO podría ganar

 

En Tabasco podría darse una nueva alternancia, ahora del PRD a Morena


Centrada la atención en la elección presidencial, algunas plazas locales podrían estar mandando mensajes interesantes. En Tabasco podría darse una nueva alternancia, ahora del PRD a Morena, de acuerdo con las estimaciones generales. Pero lo de menos sería ese relevo, porque lo importante estaría en el hecho de que López Obrador finalmente ganaría la gubernatura de su tierra.

Luego de 30 años de lucha, de marchas y pugnas, de choques con el PRI, de cuatro gobernadores priistas y un perredista, ahora López Obrador se coloca en la pole de salida en Tabasco con el expriista Adán Augusto López Hernández como candidato de Morena.

Sin embargo, los primeros indicios revelan que en Tabasco pesa más la figura local que el apoyo de López Obrador.

Senador perredista y ahora morenista, López Hernández ha aprovechado la desarticulación del PRI estatal, las fracturas en el PRD y la gestión aguada del expriista, exsalinista y neoperredista gobernador Arturo Núñez Jiménez.

El propio López Obrador compitió por la gubernatura como candidato directo en dos ocasiones y dos con su candidato César Raúl Ojeda, pero en las cuatro fue aplastado por el aparato priista local operado por Roberto Madrazo Pintado, su némesis estatal. Su venganza mayor no la disfrutó en 2006, obsesionado con la victoria de Felipe Calderón Hinojosa: López Obrador quedó en segundo sitio presidencial con 35.3 por ciento de los votos, en tanto que el candidato presidencial priista Madrazo Pintado llevó al PRI al sótano con 22 por ciento.

Si se obsesiona ahora con la presidencial de 2018, López Obrador no disfrutará su tendencia estatal en Tabasco y su arribo a la Quinta Grijalva, casa del gobernador. Las gubernaturas priistas de 1988 (Salvador Neme), 1994 (Roberto Madrazo), 2000 (Manuel Andrade) y 2006 (Andrés Granier) fueron operadas por Madrazo; la de 2012 encontró a un Madrazo disminuido.

La crisis estatal del PRI en Tabasco –reflejo de la crisis del PRI en los nueve estados que elegirán gobernador junto con presidente de la república– ha mandado al tricolor al tercer sitio en las preferencias; en tanto que el PAN se colgó del PRD para posicionarse en el segundo, pero con el dato histórico de que los candidatos panistas a gobernador en las cinco gubernaturas tuvieron un voto promedio de 4.5 por ciento.

Ahora los primeros sondeos colocan la alianza PAN-PRD-MC en segundo sitio, pero teniendo a Morena-López Hernández con el doble de expectativas. Al Frente le ha ayudado que el candidato sea perredista y nieto del exgobernador priista Leandro Rovirosa Wade, miembro del gabinete del presidente Echeverría.

Y el PRI se localiza en el sótano con Georgina Trujillo, una política sin fuerza ni carisma, y Madrazo corriendo por otras pistas.

Morena en Tabasco arrancará en buena posición porque López Obrador le quitó un buen pedazo de militancia. La gestión política pasiva del gobernador expriista-neoperredista Núñez Jiménez le hizo perder al PRD una de sus plazas más importantes, porque Tabasco fue primero cardenista y luego lopezobradorista.

Por su pasado priista, Núñez no supo construir nuevos cuadros ni alianzas y se aisló en el poder. Sin la fuerza del petróleo, sin bases sociales activistas y sin estructura estatal de poder, la ocupación lopezobradorista de Tabasco será una victoria simbólica de López Obrador. Pero al final será una victoria personal del candidato morenista López Hernández.

Política para dummies: La política es la necedad de la persistencia, pero acompañada de los errores de los adversarios.

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