Vacunarse evitar hospitalizaciones, asegura vocería de Querétaro

 

Las vacunas están diseñadas para generar protección desde su primera administración y su ventana de eficacia es amplia


Ante el comienzo de la aplicación de segundas dosis de vacunas contra COVID-19 para adultos mayores de 60 años en Querétaro, que dio inicio en los municipios de Colón, Huimilpan y Tolimán, el vocero Rafael López González hizo un llamado para aceptar la vacuna como una decisión de vida, con la confianza de que son seguras.

Aseguró que no deben preocuparse quienes hayan recibido la primera dosis hace más de tres semanas, por ejemplo, la segunda dosis de vacuna de AstraZeneca está autorizada para aplicarse entre 4 y 12 semanas después de la primera, mientras que la segunda de Pfizer, de 24 a 42 días, y la de SINOVAC con separación de 28 días, y confirmó que hay suficiente dotación de vacunas en la entidad.

También manifestó que las vacunas están diseñadas y para generar protección desde su primera administración y su ventana de eficacia es amplia.

No obstante, resaltó la importancia de que quienes hayan recibido la primera dosis atiendan todas las medidas de prevención sanitaria como el uso adecuado del cubreboca, el lavado continuo de manos, la sana distancia, la ventilación de espacios y evitar reuniones.

“Te recomendamos no bajar la guardia, aunque te encuentres con personas que también hayan recibido la vacuna”, previno Rafael López González.

En cuanto a la suspensión de la vacuna del laboratorio Johnson y Johnson a principios de esta semana, en Estados Unidos, tras haberse detectado seis casos de coágulos, precisó que esta vacuna no se administra en México; sin embargo, puntualizó que, de la misma forma que con la de AstraZeneca, este tipo de reacciones se presenta después de millones de vacunas administradas, por lo que es sumamente raro y remoto que aquí se presenten efectos similares.

Sobre la vacuna de AstraZeneca, que sí se administra en el estado, especificó que el verdadero riesgo de sufrir una reacción similar es de cuatro por cada millón; es decir 0.0004% de posibilidad, mientras que sin la vacuna y con COVID-19, la posibilidad de desarrollar coágulos que pueden conducir a un cuadro sumamente grave o la muerte es superior a 16%.

Sin embargo, alertó que después de recibir la vacuna no deben confundirse las primeras reacciones normales como dolor de brazo, fiebre moderada o cansancio, con las propias de la formación de coágulos o caída del número de plaquetas, pues éstas se presentaron entre los siguientes 5 a 14 días después de la aplicación de la vacuna.