Casi 60 familias viven en campamento junto a toma clandestina en GAM

 

Por Beatriz Cuevas González México, 7 Feb (Notimex).- Pablo Flores, su esposa y cuatro nietos, dos de ellos con discapacidad, al igual que unas 60 familias viven en el campamento construido de madera vieja, lámina y cartón a unos cuantos metros del mercado El Coyol, en el que la mañana de este jueves se detectó […]


Por Beatriz Cuevas González

México, 7 Feb (Notimex).- Pablo Flores, su esposa y cuatro nietos, dos de ellos con discapacidad, al igual que unas 60 familias viven en el campamento construido de madera vieja, lámina y cartón a unos cuantos metros del mercado El Coyol, en el que la mañana de este jueves se detectó una toma clandestina de combustible.

Pablo, de 65 años de edad, ha vivido 11 años en ese lugar, en el que las casuchas se apeñuscan unas contra otras para mantenerse de pie, en un predio que tiene una superficie aproximada de dos hectáreas.

La mayoría de las familias que habitan este sitio no tienen servicio de luz ni de agua, llegaron desde hace más de una década, algunas desde hace 30 años. Hay de todo, ancianos, jóvenes, niños, adultos y personas con discapacidad.

Todos los días, quienes venimos de la avenida San Juan de Aragón, dice Pablo a Notimex, pasamos por el mercadito para llegar a las viviendas; nunca vimos nada raro, ni adentro ni afuera; de repente olía a gasolina; mi familia, mi esposa y mis nueras van a comprar a ese mercado.

“A quienes vivimos aquí no nos avisaron lo que estaba pasando, supimos en el momento en que salimos para ir a hacer nuestras labores y vimos mucho movimiento”, explicó.

El entrevistado detalló: “Mi esposa salió como a las seis, porque a esa hora llega la pipa a surtirnos el agua, y se dio cuenta que estaba encintada toda el área del mercado y lleno de patrullas, y cuando salimos nos informaron que encontraron la toma clandestina”.

Sin conocer el punto del exacto en el que fue localizado el ducto en el que se ordeñaba la gasolina, Pablo hace memoria, y recuerda que en medio del pequeño mercado hay una carnicería, una lavandería, y unas cuatro tiendas, una verdulería y una estética.

“Pero nunca nos percatamos de que fuera un espacio para extraer gasolina ilegal”, expresó.

Ante los riesgos que corren quienes viven cerca de las tomas clandestinas, Pablo confía en que el alcalde de Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil cumpla el compromiso que hizo esta mañana con las familias del campamento, de que los apoyará para que tengan una vivienda digna y evitar una tragedia como la de Hidalgo.

 

NTX/BCG/MCC