Cerro de la Estrella, de centro ritual a escenario de la Pasión de Cristo

 

Por Mariángel Calderón México, 20 Abr (Notimex).- El Cerro de la Estrella no solo ha sido escenario de la Representación de la Pasión y Muerte de Cristo durante más de 100 años, antes de La Conquista este lugar fungía como observatorio astronómico, aunque también ha sido sede de unas de las celebraciones más importantes para la tradición […]


Por Mariángel Calderón

México, 20 Abr (Notimex).- El Cerro de la Estrella no solo ha sido escenario de la Representación de la Pasión y Muerte de Cristo durante más de 100 años, antes de La Conquista este lugar fungía como observatorio astronómico, aunque también ha sido sede de unas de las celebraciones más importantes para la tradición mexica, la Ceremonia del Fuego Nuevo.

En entrevista con Notimex, Isaías Majher, abuelo joven de la tradición oral mexica, explicó que al analizar las coincidencias de la Semana Santa con el calendario prehispánico del Tonalpohualli, se observa que la celebración católica siempre se lleva a cabo en la veintena referente a un tiempo de cambio entre las personas.

Así, tanto la celebración católica como la mexica se tratan de una renovación y aunque no hay un sincretismo tan claro como en otras conmemoraciones religiosas, las fechas en las que se celebra tienen que ver con la transformación de las personas.

“Esta época de Semana Santa también es un cambio porque, si se considera el calendario del Tonalpohualli, la veintena que corresponde a estos días, la gente se desprende y se renueva; si se analiza a Jesucristo, él también resucita y se eleva al cielo, entonces hay una renovación, por eso fue muy fácil que se adaptara esta representación a los pueblos originarios que siguen costumbres más prehispánicas”, señaló.

En el Cerro de la Estrella, explicó, existe un centro donde se realiza la Ceremonia del Fuego Nuevo, en la cual, desde tiempos prehispánicos se apagaban todos los fuegos del pueblo del Anáhuac, para luego encender una flama que se repartía en las casas, como una manera de preservar el fuego del amor en los hogares.

Dicha ceremonia, destacó, se realizaba cada 52 años y aún se sigue haciendo, en este tiempo, se llevará a cabo en 2025.

Explicó que para muchas culturas, incluida la mexica, el fuego tiene un importante significado, ya que representa al Sol, astro que es capaz de dar vida, por lo que la Ceremonia del Fuego Nuevo es una renovación del Sol; un renacimiento en el que muere y vuelve a la vida el fuego nuevo para un ciclo más de 52 años, que está relacionado con los movimientos cósmicos.

“El fuego simboliza el corazón del hogar, en este caso el Fuego Nuevo de Iztapalapa también era el corazón de nuestras costumbres ancestrales, de nuestras cosmovisiones, por eso todo giraba en torno a esta celebración cada 52 años”, abundó.

De tal manera que la importancia prehispánica del Cerro de la Estrella radica en que fue un lugar de culto, de observación astronómica y en los tiempos en que la Ciudad de México era el lago de la Gran Tenochtitlán, este cerro era uno de los pocos puntos de tierra firme flotando en el lago.

Además, estaba rodeado de agua, al sur estaba el lago de Chalco y Xochimilco, todo alrededor era agua, de ahí el nombre de Iztapalapa, que en náhuatl quiere decir “tierra sobre las losas del agua”, lo cual además es una paradoja debido a que en la actualidad es una de las demarcaciones con mayor falta de este líquido.

En opinión de Mahjer, esta alcaldía en realidad está sobre agua lo cual es evidente en algunas construcciones actuales como la Preparatoria 6, que cada año se hunde debido a que está encima de un ojo de agua.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH), en la zona arqueológica del Cerro de la Estrella, la ceremonia del Fuego Nuevo era de gran importancia para las sociedades del Posclásico Mesoamericano, el lugar se llamaba Huixachtecatl, que quiere decir, cerro de los huizaches.

Además, las evidencias arqueológicas indican que el lugar tuvo continuidad poblacional desde el Preclásico Medio y en diferentes puntos del cerro es posible observar espacios ceremoniales y habitacionales de la época Clásica, además del Posclásico Temprano y Tardío.

En el Posclásico Temprano se sabe que la población se asentó en la parte poniente del Cerro los Colhuas y fue la encargada de realizar la primera ceremonia del Fuego Nuevo en 1351, con la finalidad de evitar que el Sol muriera.

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NTX/MCC/VLU/TURISMO15