¿Es posible un parque lineal en Viaducto?

 

En pocos años, la recuperación de espacios cambiará la realidad


POR LAURA CORDERO PARA LA REVISTA CAMBIO, DE CAPITALMEDIA

Imagina que es una tarde de sábado común en el año 2020, en la Ciudad de México, tú y tus vecinos de todas las edades toman un taller con el propósito de aprender a construir azoteas verdes. La clase se ve interrumpida cuando alguien grita que acaba de ver un águila, sí, volando sobre ustedes, en pleno Viaducto.

Todos corren y unos cuantos captan el momento con su smartphone. Sólo un afortunado graba en video al ave cuando baja veloz para atrapar un ratón que corría por el pasto. En cuestión de minutos las imágenes de la hazaña cazadora saturaron las redes sociales.

Desde que se supo que un águila rondaba el humedal y el arroyo, decenas de curiosos asisten al parque, con la esperanza de ver al ave.

DE VUELTA AL 2017

La posibilidad de ver un águila en el Viaducto Miguel Alemán es mínima en 2017, pero es muy probable que en pocos años, la escena de ficción descrita anteriormente ocurra, y es que hasta el día de hoy, la Agencia de Gestión Urbana (AGU) trabaja en la construcción de un Parque Lineal en lo que alguna vez fuera un río y que por años ha sido ocupado por asfalto y autos. De acuerdo con la licitación, en octubre próximo quedará listo.

El origen de esta propuesta viene de cinco años atrás, cuando el arquitecto Elias Cattan, fundador de Taller13 Arquitectura Regenerativa, promovió en 2012 el primer “Picnic en tu río” junto con las organizaciones La Cuadra, Biológica Urbana, Factor Eficiencia y Cultiva Ciudad. La intención de esta actividad, que se realizó sobre un tramo del camellón del Viaducto, era crear conciencia de que existen ríos que corren por la Ciudad de México. En sus riberas a todos nos gustaría ir de picnic, pero eso es imposible pues,en su mayoría están entubados.

En ese entonces la propuesta que lanzó Taller13 era desentubar el Río de la Piedad, crear un ecosistema alrededor de él a fin de limpiar el agua y hacer un corredor peatonal para caminar entre el río. La propuesta contemplaba los vehículos a los lados y por debajo de este, entubados ellos, los autos, no el agua.  Incluso, esa propuesta fue reconocida en  2011 por los Premios Holcim que promueven la innovación en construcciones sustentables.

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A ese primer “Picnic en tu río” le siguieron cuatro más, uno cada año, y conforme pasaba el tiempo, se sumaron más organizaciones, asociaciones y ciudadanos hasta que conformaron la agrupación Cuatro al Cubo, donde participan habitantes de la cuenca de México, maestros, familias, empresas e incluso restaurantes. Juntos trabajan con el objetivo de revertir el deterioro territorial y social con el fin de mejorar la salud y el medio ambiente.

Tras cinco años continuos de “Picnic en tu río” y de insistencia ante las autoridades para rescatar los ríos, finalmente el esfuerzo rindió frutos y este año la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, junto con los titulares de la Agencia de Gestión Urbana (AGU), Jaime Slomianski Aguilar, y de la Autoridad del Espacio Público (AEP), Roberto Remes, se reunieron con Cuatro al Cubo con el propósito de anunciarles la creación del Parque Lineal Viaducto.

En un inicio, las autoridades sólo pretendían aprovechar los camellones de Viaducto y simplemente colocar focos azules de led para simular el cauce de un río y hacer recorridos virtuales con la finalidad de demostrar cómo era en el pasado esa área. El colectivo rechazo la idea y se propuso crear algo mucho más útil: un humedal demostrativo donde obtendrían agua del río, la limpiarían y probar así cómo se puede recuperar ese caudal.

HUMEDAL AL RESCATE

El gobierno aceptó la propuesta pero fue más allá, me cuenta Elias. La intervención creció para  recuperar 1.6 kilómetros del Viaducto, desde la calle Unión hasta el cruce con Monterrey. El humedal ya no sería sólo una pequeña muestra, su tamaño será más grande; sin embargo, ¿por qué un humedal y no insistir en desentubar el río?

Pues resulta que era lo más viable en el corto plazo, ya que los humedales artificiales son cultivos de plantas que regularmente se hallan en lagunas, tanques o canales poco profundos y por donde pasa una corriente de agua, en este caso residual, normalmente después de recibir un tratamiento previo. El agua es tratada mediante varios procesos físico-químicos y bacteriológicos. El oxígeno necesario para este tratamiento es suministrado por las propias plantas y es un proceso imprescindible si se desa eliminar los microbios contaminantes.

Los humedales artificiales tienen la ventaja de ser sistemas de tratamiento alternativos porque requieren poca o ningún tipo de energía para funcionar. Además, también proporcionan el hábitat para la vida silvestre y son estéticamente agradables a la vista. Así, si este pequeño ecosistema creado a partir de un humedal artificial se mantiene y cumple la función prevista, se demostraría que el agua del río puede limpiarse de manera sustentable y natural.

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UN SHOWROOM AMBIENTAL

El proyecto fue desarrollado por la AGU junto con Cuatro al Cubo. Los documentos del gobierno definen el Parque Lineal Viaducto como la conformación de una nueva estructura peatonal, con mejoras en la imagen urbana, recuperación de espacio público e implementación de infraestructuras verdes sobre el “cajón” superior (río entubado), sección central de Viaducto Miguel Alemán.

La AGU especifica que la integración de áreas verdes saneará las aguas negras mediante biodigestores y humedales para riego de las áreas rehabilitadas.

También habrá un andador peatonal de 2.60 metros de ancho, accesos con escaleras y rampas en Insurgentes, Patricio Sanz, Medellín y Monterrey. Además, contará con barandales de acero de 1.50 metros de altura a lo largo de los 1.6 kilómetros con el propósito de proteger a los peatones y a sus mascotas.

La licitación fue lanzada por la Secretaría de Obras y Servicios a través de la propia AGU en junio pasado; el 21 de julio otorgó el fallo a favor de la empresa Irkon Holdings S.A. de C.V., la cual, de acuerdo con la Licitación AGU/LP/006/2017, tendrá hasta el 18 de octubre a fin de entregar esta obra cuyo presupuesto es de 76 millones de pesos para el proyecto integral y 4 millones más para la supervisión.

Cattan me explica –mientras juega con pequeñas piezas de impresión de 3D que tiene a la mano– que este proyecto puede ser considerado un showroom, pero en lugar de ser en una tienda o un departamento, es en un espacio público genuinamente funcional y demostrativo que revelará cómo funciona el humedal para tratar las aguas residuales.

GANAR ESPACIO, SALVAR AGUA

En un proceso de tratamiento de agua mediante un humedal, en el drenaje ocurre el tratamiento primario; de no ser así, como es el caso de este humedal, se instalarán biodigestores que cumplan esta función. Enseguida, el agua llega al humedal donde inicia el tratamiento secundario y finalmente el agua se vierte al arroyo, que servirá como tratamiento terciario por medio de la aireación.

Este planteamiento de tratar el agua a través de esta fórmula no es algo reciente, Elias lo ha formulado durante años: “El Río de la Piedad debe ser un gran humedal. Es una gran planta de tratamiento de agua y no es sólo el río Piedad, eso deberían replicar en las cañadas, en el río Remedios, el río Tacubaya, el río Becerra, en muchos lugares”.

VIGILANCIA CIUDADANA

Las obras ya están en marcha y Cuatro al Cubo está a cargo de la supervisión con el objetivo de que el plan salga conforme está en los papeles. Para la creación del humedal, elementos de la AGU trabajan de la mano con hidrobiólogos de la Universidad Autónoma Metropolitana, sin embargo, hasta ahora todavía es un reto porque “nadie nunca lo ha hecho de esta manera. Los hidrobiólogos han construido varios humedales en el país, pero no así”, me relata Cattan.

Hasta el cierre de esta edición, la agrupación trabajaba con el propósito de firmar un convenio donde se obligue a las autoridades a que el espacio, una vez concluido, reciba el mantenimiento necesario. Por parte de Cuatro al Cubo, sus integrantes están comprometidos a monitorear la calidad de agua y aire en el área, así como la fijación de CO2 y la biodiversidad.

Elias, que bebe agua de una botella de vidrio mientras platicamos y me cuenta que se niega rotundamente a consumir popotes por el costo ambiental que implica usar este pedazo de plástico por unos minutos, sueña con ver águilas en el Viaducto. “¿Te imaginas? ¡Águilas! ¡Sería increíble!”. Y por supuesto que también quiere que en 2020, tú y tus vecinos tomen talleres en el Viaducto y a la vez puedan admirar la fauna que llegara porque se habrá recuperado un ecosistema, y también un espacio público.

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GG