Este sencillo método evita que el Metrobús pegue con los árboles en Reforma

 

¿Ya te habías dado cuenta?


La Línea 7 del Metrobús se ha convertido en uno de los principales temas de conversación entre los habitantes de la Ciudad de México: la baja velocidad con la que circulan las unidades, el tránsito que genera la reducción de un carril de Paseo de la Reforma para los automóviles, el peligro que corren los ciclistas y las deficiencias en la ruta, son los tópicos más recurrentes.

Para algunas personas, una de las dudas gira entorno a qué son y para qué sirven los bolardos o los “mini-carriles” que se colocaron en distintos tramos del carril confinado.

Estos objetos hacen que la unidad de transporte público se desvíe unos centímetros de la banqueta, haciendo que los conductores reduzcan la velocidad de los autobuses y que en ocasiones se integren, por unos segundos, a uno de los dos carriles de Reforma, a la altura del Bosque de Chapultepec.

El objetivo de estos bolardos es precisamente ese, que la unidad se aleje de la banqueta para que no se impacte o dañe los árboles que hay sobre la acera y que, por su propia naturaleza, están un poco inclinados hacia el arroyo vehicular.

Colocar estos artefactos fue necesario ya que por las dimensiones de las unidades (dos pisos de altura), estos podrían impactarse con las cortezas, ramas y hojas de los árboles y dañarlos.

Con información de Reporte Indigo

JPC