Bolivia entrega al miliciano italiano Cesare Battisti

 

LA PAZ (AP) — Cesare Battisti, un miliciano de izquierda capturado casi tres décadas después de ser condenado por asesinato, fue entregado el domingo en Bolivia a las autoridades italianas, allanando el camino para que concluya una larga lucha por llevarlo ante la justicia. Battisti, de 64 años, fue detenido el sábado en la región […]


LA PAZ (AP) — Cesare Battisti, un miliciano de izquierda capturado casi tres décadas después de ser condenado por asesinato, fue entregado el domingo en Bolivia a las autoridades italianas, allanando el camino para que concluya una larga lucha por llevarlo ante la justicia.

Battisti, de 64 años, fue detenido el sábado en la región de Santa Cruz, a unos 590 kilómetros al este de La Paz, y está volando a Italia bajo custodia de la Interpol en un avión Falcon enviado por el gobierno italiano, según informó a The Associated Press el director de la Interpol en Bolivia, el coronel Paul Saavedra.

La entrega se hizo en el aeropuerto de Viru Viru en Santa Cruz a las 5 de la tarde, explicó.

“El ciudadano italiano ingresó de forma ilegal a Bolivia”, dijo el ministro en conferencia de prensa.

Battisti vivió en Brasil durante años, pero el presidente saliente Michel Temer firmó el mes pasado un decreto ordenando su extradición, ante lo cual el miliciano habría hecho un último intento por evitar cumplir su pena.

La policía italiana publicó un video en el que se veía a Battisti horas antes de su captura, al parecer sin percatarse de que era vigilado mientras caminaba por la calle con pantalones vaqueros, una camiseta azul y gafas de sol. Una imagen posterior mostraba la foto de la ficha de Battisti con el sello de la policía boliviana.

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, apuntó que el miliciano “terminará sus días en prisión” tan pronto pise Italia.

Battisti huyó de un penal italiano en 1981 mientras estaba a la espera de ser juzgado por cuatro cargos de asesinato que supuestamente cometió cuando formaba parte de los Proletarios Armados por el Comunismo. Fue condenado en ausencia en 1990, y se enfrenta a cadena perpetua por la muerte de dos policías, un joyero y un carnicero.

Aunque reconoció haber pertenecido al grupo, negó haber cometido asesinato alguno y ha dicho que solo es un refugiado político.

En un principio Battisti huyó a México y luego a Francia, donde se unió a decenas de extremistas italianos de izquierda que gozaban de la protección oficial del gobierno francés.

Después de que los vientos políticos cambiaron en Francia, Battisti huyó a Brasil en 2004 para evitar ser extraditado. Fue arrestado en Río de Janeiro en 2007, y el gobierno italiano solicitó entonces su entrega, pero el entonces presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva le concedió asilo en 2010.

Al final Battisti salió de la cárcel, pero volvió a ser arrestado en 2017 tras ser descubierto tratando de cruzar la frontera con Bolivia con el equivalente a unos 7.500 dólares en efectivo no declarados. Volvió a quedar en libertad unos días después.

Como resultado de ese incidente, Luiz Fux, juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, dijo en diciembre que la Interpol había emitido una nueva orden para la detención de Battisti por presunta evasión fiscal y lavado de dinero, lo que le llevó a emitir una orden de arresto en el país. Con base en eso, Temer firmó el decreto para su extradición.

Salvini elogió la labor de la policía de Bolivia y del nuevo gobierno de Brasil por dar seguimiento al caso, y calificó a Battisti de “delincuente que no merece vivir cómodamente en la playa sino terminar sus días en prisión”.

El presidente brasileño Jair Bolsonaro se congratuló de la captura de Battisti en Bolivia y de que enfrentará a la justicia.

En un tuit, Bolsonaro también criticó a Lula por haberle concedido asilo político en 2010.

“Finalmente, habrá justicia para el asesino italiano y socio de ideas de uno de los gobiernos más corruptos de la historia”, tuiteó Bolsonaro, una referencia al Partido de los Trabajadores de Lula.

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La periodista Nicole Winfield de The Associated Press colaboró con este despacho desde Roma.