La tristeza e impotencia fueron más grandes que el amor por la vida que debería tener un chico a su edad. Daniel Fitzpatrick, de 13 años, se suicidó a consecuencia del bullying que sufría y con el cual, varios adultos que estaban enterados, no hicieron nada.
Fue su hermana quien lo encontró ahorcado con una correa en la azotea del edificio donde vivían.
Después encontraron la carta, en la que explica su decisión:
“Al principio estaba bien. Tenía muchos amigos, buenas notas y una buena vida, pero todo cambió. Mis antiguos amigos cambiaron. Dejaron de hablarme y yo dejé de caerles bien. El sexto curso llegó y mi amigo Anthony me falló y yo le fallé a él. Antony la tomó conmigo y me acosó con John, Marco, Jose y Jack. Lo hacían constantemente hasta que me peleé con él. Acabé con un meñique roto.
“Me rendí. Los profesores no hicieron nada. Mrs. Goldrick (la directora) no hizo nada. Les conté a todos los profesores y no hicieron nada, excepto Ms. D’Alora. Es la mejor profesora. Ella me comprendió e hizo algo, pero no duró mucho”.
Con todo el dolor que causó la partida de su hijo, los padres de Danny, como le llamaban cariñosamente, compartieron la carta con la prensa para evitar que vuelvan a darse un caso similar.
El padre, además, subió un conmovedor video a Youtube, en el que se le ve sufrir por la pérdida de su pequeño hijo y en el cual pide a las personas que supieron lo que pasaba con él y no hicieron caso, que “recuerden lo que le hicieron a mi hijo, que eso les queme el cerebro por el resto de su vida y sufran como él sufrió bajo sus abusos”.
NFA
