Escándalo sexual empaña debate

 

Convierten el segundo encuentro en pleito lleno de bajezas


Durante el segundo debate por la presidencia de los Estados Unidos, los candidatos de los dos principales partidos políticos hicieron señalamientos y se lanzaron ataques enfocados, principalmente en los excesos de Trump con las mujeres y las infidelidades del ex presidente William Clinton. Al inicio del debate los candidatos no se estrecharon las manos.

El encuentro sucedió dos días después de que un audio revelara los comportamientos inapropiados de Trump con las mujeres que considera atractivas. Además, el republicano acusó al ex presidente Clinton de ser el mandatario más abusivo en la historia del país contra las mujeres.

Trump, quien llevó al debate a tres mujeres que acusaron al expresidente de abuso sexual y previamente celebró una rueda de prensa con ellas, respondió con este ataque al ser cuestionado sobre un video de 2005 donde hizo comentarios obscenos sobre las mujeres.

“Si ustedes miran a Bill Clinton, las mías son palabras, las suyas son acciones… No ha habido nadie en la historia de la política de esta nación que haya sido más abusivo contra las mujeres”, dijo Trump.

William Clinton se encontraba entre la audiencia, en la sección de invitados especiales junto a su hija Chelsea y su yerno, mientras que entre los invitados por Trump estuvieron presentes Paula Jones, Juanita Broaddrick y Kathleen Willey, acusadoras del ex mandatario.

Hillary Clinton atacó a las mismas mujeres, y las atacó de manera viciosa”, remató Trump entre aplausos de la audiencia.

Aunque los asesores de Trump no anticipaban que el millonario lanzara acusaciones personales a William Clinton, el candidato decidió convertirlos en una de sus principales líneas de ataque.

Trump se disculpó públicamente por el video de 2005, en el que afirmaba poder hacer lo que quisiera con las mujeres porque era “una estrella”, incluso besarlas y tocarlas sin consentimiento. “Estoy avergonzado”, señaló.

“Estoy muy apenado con lo que dije sobre las mujeres, pido disculpas a mi familia, al país, son bromas de hombres”, dijo Trump.

A pesar de la disculpa, la demócrata afirmó que el magnate debería pedir perdón a todos los estadounidenses por conducir una campaña llena de odio contra diferentes grupos sociales.

Clinton también acusó a Trump de decir mentiras.

“Mucho de lo que ha dicho no es correcto, pero él puede conducir su campaña como quiera. Cuando escucho algo como eso, recuerdo lo que mi amiga Michelle Obama nos aconseja: cuando ellos caen muy bajo, nosotros nos elevamos a lo alto”, subrayó, contrastando el nivel de discusión.

Más adelante, Clinton acusó a Trump de intentar distraer la atención del público, porque su campaña, dijo, “está explotando y le están abandonando los republicanos”.

Trump, a su vez, insistió en que la demócrata miente sobre la eliminación de más de 30 mil correos electrónicos de un servidor privado que utilizó cuando era Secretaria de Estado, y señaló que de llegar a la Casa Blanca designará a un fiscal independiente para examinar el uso de servidores correos privados para sus comunicaciones al frente del Departamento de Estado.

“Qué bueno que alguien con el temperamento de Donald no esté a cargo de la ley en nuestro país”, replicó Clinton.

“Porque estarías en la cárcel”, reviró Trump.

Al abordar el tema sobre la política energética, la demócrata afirmó que Trump se ha beneficiado del comercio ilegal de acero por parte de China.

La ex secretaria de estado criticó a al republicano por no contestar las preguntas directamente y mencionó la falta de respeto del magnate hacia la familia de un soldado estadounidense de origen iraquí caído en combate, así como sus comentarios ofensivos hacia un juez de origen mexicano.

Trump reprochó a Clinton por borrar y ocultar miles de correos electrónicos y manifestó que si llegara a la presidencia, “encerraría en la cárcel” a la demócrata. Además, el republicano se quejó de manera repetida de que los conductores lo interrumpían en sus respuestas.

Clinton, al contrario que en el anterior debate, no sonrió tan a menudo ni parecía relajada. Ambos candidatos se acusaron repetidamente de mentir.

Al ser interrogados sobre el régimen fiscal en Estados Unidos, Trump admitió que se benefició con las lagunas fiscales que pudo utilizar, pero acusó a Clinton de crear esos esquemas para ayudar a sus donantes millonarios.

Sobre el tema de Siria, Clinton aseguró que ella no desplegaría tropas en ese país, en tanto que Trump aseveró que él coordinaría su ofensiva contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria con aliados como Rusia.

Hacia el final del debate, el intercambio de acusaciones se reanudó, y ambos retomaron el tono personal. El republicano acusó a la ex secretaria de Estado de dividir al país, al referirse a sus seguidores como un grupo de personas “deplorables”.

“Ella tiene un tremendo odio en su corazón”, acusó Trump, y señaló que Clinton continuaría las políticas del presidente Barack Obama que, a juicio del republicano, han sido “un desastre”.

Mientras tanto, Clinton reiteró que Trump carece del juicio adecuado para ser presidente en Estados Unidos, y que esa opinión es compartida por muchas personas en el país, incluidos republicanos. “Esta elección se ha convertido en una elección que ha sido en parte tan orientada al conflicto, tan intensa, porque hay mucho en riesgo”, enfatizó Clinton al final del debate.

Las opiniones sobre quién pudo haber ganado el debate resultaron divididas, aunque claramente la ex secretaria de Estado tuvo un reto mucho mayor que en el primer encuentro.