Iberoamericanos optan por el Transiberiano para conocer Rusia

 

Moscú, 2 Jul (Notimex/Sputnik).- Cruzar Rusia de lado a lado a través de la vía férrea más larga del planeta es un deseo que muchos viajeros del mundo posponen ante la barrera lingüística, aunque para mexicanos, argentinos, brasileños y españoles eso es parte de la aventura. “En los últimos tres años, los turistas de América […]


Moscú, 2 Jul (Notimex/Sputnik).- Cruzar Rusia de lado a lado a través de la vía férrea más larga del planeta es un deseo que muchos viajeros del mundo posponen ante la barrera lingüística, aunque para mexicanos, argentinos, brasileños y españoles eso es parte de la aventura.

“En los últimos tres años, los turistas de América Latina empezaron a demostrar un mayor interés en viajar por el ferrocarril Transiberiano”, dijo Natalia Artamonova a la agencia rusa Sputnik.

“Hemos observado un aumento anual de un 20 por ciento. El interés de los latinoamericanos es colosal, sobre todo de brasileños y mexicanos”, añadió la operadora de viajes.

Viajeros iberoamericanos, de Estados Unidos o de Australia, toman como opción las jornadas transiberianas de los Ferrocarriles Rusos para conocer la cultura y las tradiciones de los pueblos del país euroasiático, o al menos de aquellos por donde pasa el ferrocarril en su recorrido de ocho mil kilómetros.

La ruta principal conecta la parte europea de Rusia con las provincias del Lejano Oriente del país eslavo: de Moscú a Vladivostok.

Una segunda opción, conocida como Transmongoliano, cambia la ruta desde Moscú hasta la ciudad de Ulan Udé (cerca del lago Baikal) y luego atraviesa Mongolia rumbo a Pekín, China.

El pasado 24 de junio, desde la estación de trenes Kazanski, en Moscú, decenas de turistas de diversas nacionalidades embarcaron en el primer viaje de Moscú a Pekín de la temporada 2019.

María del Pilar García Barrio es una española de 64 años de edad para quien tomar el Transiberiano le ofrece la oportunidad de conocer nuevos lugares y diferentes culturas. Su interés principal está en Siberia y Mongolia.

En un lapso de 15 días, María del Pilar y los otros viajeros conocerán ocho ciudades en el trayecto de la ruta Transmongoliana, así como el Baikal, el lago más profundo del planeta, para descubrir la Rusia que existe más allá de su capital.

Griselda Bergonzi viajó a Moscú desde Argentina para tomar el tren y compartir los detalles de la jornada con los internautas que siguen su blog de viajes.

También Gabriela, una sumiller argentina que busca hacer “la ruta del té”, sostiene: “uno de los lugares es justamente este. (…) A mí me gusta mucho el té negro y me encanta la ceremonia del té ruso por el uso del samovar, aprender a usarlo como corresponde, ver cómo lo usan”.

Víctor, a su vez, está relacionado en España con el sector transporte, y en su primera visita a Rusia decidió viajar en el Transiberiano, planea recorrer el tren y, si es posible, ver la máquina a vapor del Rusia Imperial, la locomotora del Transiberiano.

En Moscú, el punto de partida, los turistas visitan el Kremlin y la Catedral de Cristo Salvador, pasean y exploran las estaciones de metro. La primera parada del tren es en Kazán, la capital de la república de Tartaristán, a orillas del Volga.

Luego, el tren sigue hacia Ekaterimburgo, el lugar donde Europa y Asia se encuentran. Ambas ciudades ganaron protagonismo al albergar partidos del Mundial de Fútbol de Rusia, en 2018.

Tras conocer la ciudad de Novosibirsk, la tercera más poblada de Rusia, los turistas viajan a Irkutsk, una de las más grandes de Siberia. Lo que viene a continuación es posiblemente el destino más esperado de todo el viaje: el lago Baikal.

“Más que todo, a los turistas les encanta el Baikal. Este lago se convierte en un recuerdo inolvidable para los viajeros de todas partes”, pueden observar las focas en los bancos del lago y hasta bañarse, asegura Artamonova.

La última parada en Rusia es Ulan Udé, capital de la república de Buriatia y hogar de la más grande estatua de Lenin del mundo.

Los viajeros parten rumbo a Ulan Bator, en Mongolia, donde pueden aprender más de la cultura de sus pueblos nómadas y visitar una tradicional “yurta”, la vivienda utilizada en las estepas, para terminar el viaje en la capital china.

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NTX/I/LMV