La revolución feminista de Simone de Beauvoir

Beauvoir había decidido no tener hijos y tuvo un papel determinante en la legalización del aborto. Fundó el movimiento Choisir.
REDACCIÓN Publicado el
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Fue una escritora, profesora y filósofa francesa feminista. Fue una luchadora por la igualdad de derechos de la mujer y por la despenalización del aborto y de las relaciones sexuales. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos. Su pensamiento se enmarca en la corriente filosófica del existencialismo.

Cuando Simone de Beauvoir publicó ‘El segundo sexo’, ahora hace justo 70 años, una indignación furiosa recorrió el espinazo del mundo intelectual parisino. El Nobel François Mauriac escribió una carta a Jean Paul Sartre haciéndole saber que, tras leerlo, ya lo sabía «todo sobre la vagina de su señora» y que era “asqueroso”.

Y el flanco marxista la acusó de priorizar la lucha de las mujeres a la de clases. Años más tarde, la propia pensadora inventarió los adjetivos que, de la noche a la mañana, habían convertido su nombre en un colosal vertedero de basura: «Me llamaron insatisfecha, frígida, priápica, ninfómana, lesbiana, cien veces abortada –signifique eso lo que signifique– y hasta madre clandestina».

El Vaticano, por supuesto, prohibió el libro –que en una sola semana había vendido en Francia 22.000 ejemplares– bajo pena de excomunión. El franquismo también lo censuró: se editó en catalán en 1968 y durante años en castellano solo podía leerse clandestinamente gracias a las ediciones que llegaban de América Latina.

Ella de origen burgués y ufana dueña de su destino, no se había sentido nunca en una posición subalterna, a pesar, cabe decir, de que, por entonces, en Francia las mujeres no podían ser titulares de cuentas bancarias, de que el aborto y los anticonceptivos estaban prohibidos, de que el marido podía oponerse al trabajo de la esposa y de que el divorcio de mutuo acuerdo se aprobó en 1975. Sin embargo, tras una investigación que le llevó varios años, acabó articulando este artefacto que, grueso como un ladrillo (tiene mil páginas), impugnó un pensamiento canónico que había pasado por alto la desigualdad de la mitad de la población.

El primer libro que publicó fue “La invitada”, en 1943, en el que relata a través de personajes ficticios su relación con el filósofo Jean-Paul Sartre y Olga Kosakiewicz, quien había sido su alumna. Aunque fue un éxito en ventas, fue suspendida ya que fue denunciada por la madre de Nathalie Sorokine, una de sus alumnas, por incitación a la perversión de personas menores.

Con Sartre, Raymond Aron, Michel Leiris, Maurice Merleau-Ponty y Boris Vian fundó la revista “Les Temps Modernes”.

En 1954 publicó “Los Mandarines”, novela con la cual fue galardonada con el Premio Goncourt. En este libro aborda la posguerra y expone, desde la ficción, su relación con Nelson Algren.

Diez años después lanzó “Una muerte muy dulce”, en el que relata el fallecimiento de su madre y en el que pone sobre la mesa temas como la eutanasia y el luto.

Tras el fallecimiento de Sartre, en 1980, publicó “La ceremonia del adiós”, en el que narra los últimos 10 años de la vida del filósofo, así como detalles médicos e íntimos de quien fuera su pareja.

Murió el 14 de abril de 1986 por una neumonía y sus restos descansan junto a Sartre en el cementerio parisino de Montparnasse con el anillo que Algren le regaló al poco tiempo de conocerla.

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