Los crímenes detrás de las ceremonias ayahuasca en Perú

 

A pesar de ser considerado un ritual que busca la sanación, detrás de él se esconden asesinatos y violaciones


La tendencia a nivel mundial es regresar a las raíces. Tratar de dejar atrás los químicos y los remedios sintéticos, para dar pie a alternativas naturales que ayuden a las personas a sentirse bien consigo mismas.

Aunque la medicina convencional sigue siendo la única con validez científica, algunos encuentran en rituales tradicionales sensaciones que les agradan y les provocan bienestar.

Esta búsqueda por lo natural provoca que, año tras años, miles de turistas lleguen a la selva amazónica en busca de la pócima que muchos creen alivia dolencias y adicciones: la ayahuasca.

En 2008, Perú reconoció al ritual de la ayahuasca como patrimonio nacional, debido a que es una tradición que ha acompañado a los habitantes de ese país durante toda su historia, a pesar de no existir protocolos para su ingesta, ni existe un registro de chamanes certificados para poder encabezar una ceremonia de este tipo.

A pesar de que cada día incrementa el número de personas interesadas en someterse a este ritual, existen historias de crímenes en torno a la ayahuasca en las que se acredita que esta tradición no siempre termina bien.

En la última década han ocurrido al menos una decena de muertes y violaciones sexuales ligadas al turismo chamánico.

En 2012, un propietario peruano y su ayudante alemán sepultaron de forma clandestina a un ciudadano estadounidense que murió en su centro de tratamiento.

Después, en 2015, un canadiense mató a un hombre británico, empleado de la empresa Goldman Sachs, durante una sesión.

Un año más tarde, en 2016, una mujer estadounidense que padecía cáncer y llevaba un tratamiento de medicina convencional, murió tras ingerir la ayahuasca.

El caso más reciente ocurrió en abril de este año, cuando el canadiense Sebastian Woodroffe, de 41 años, asesinó a la chamana Olivia Arévalo, de 81 años. En respuesta, los vecinos lo lincharon.

Nadie sabe a ciencia cierta el motivo por el que Woodroffe mató a Arévalo. Los fiscales creen que un hijo de ella le debía 4 mil 200 dólares.

Ana Echazú-Böschemeier, profesora de antropología en Universidad Federal de Rio Grande del Norte en Brasil, en entrevista para la agencia AP, dijo que debajo de la “aparente armonía higiénica del ayahuasca como la planta que ilumina, que trae la cura y la verdad en el marco del discurso oficial del turismo chamánico, hay una serie de violencias ocultas, impuestas por la enorme desigualdad social en las que las transacciones relativas al ayahuasca tienen lugar”.

A diferencia de Brasil, donde se bebe ayahuasca únicamente en ritos religiosos, en Perú, Ecuador y Colombia ha florecido el turismo chamánico desde la década de 1990.

En estos países andinos, operan más de un centenar de centros de diversa calidad, propiedad de extranjeros o mestizos que contratan a chamanes indígenas por una pequeña fracción de lo que cobran y que puede ser más de 4 mil 500 dólares por una semana de sesiones.

Para sostener la creciente demanda de ayahuasca, los recolectores se internan cada vez más en zonas remotas de los bosques y derriban con motosierras los árboles donde el ayahuasca se enreda.

En los puertos fluviales las reciben quienes hervirán las lianas y las hojas por más de 24 horas en ollas de hasta 40 litros. Al final, se obtiene apenas un litro del brebaje cuyo costo alcanza los 100 dólares.

Pese al crimen, el flujo de turistas continúa.

En el discurso del turismo chamánico, la ayahuasca se usa para una sanación integral individual, pero los pueblos indígenas han recurrido a él por una diversidad de fines orientados a lo que describen como la sustentación de un sistema de valores colectivo.

“Entre ellos, el de la purga o ‘la gran limpieza’ y otras acciones relativas a la protección-causación de los ‘males de gente’, categoría amazónica que explica la indisociable unión nativa entre lo mágico y lo terapéutico”, según explicó Echazú-Böschemeier.

Las propiedades psicoactivas y los diferentes estados de conciencia producidos por el brebaje se explican por el N,N-dimetiltriptamina, o DMT, un alcaloide que se activa dentro del cerebro debido a la combinación de las dos plantas, según científicos.

El brebaje de la ayahuasca es considerado ilegal fuera de Sudamérica, pero eso no ha impedido que se realicen ceremonias clandestinas alrededor del globo, desde Estados Unidos hasta Australia, incluyendo a México.

Desde la ciencia, sin embargo, no hay resultados concluyentes sobre las virtudes de la ayahuasca.

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ODT