Mueren dos mujeres por abortos clandestinos en Argentina

 

En Argentina se calcula que cada año hay entre 350 mil y 500 mil abortos clandestinos que suelen provocar la muerte de alrededor de 30 mujeres


Apenas pasó una semana desde que el Senado argentino rechazó la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo y ya se reportó la muerte de dos mujeres por practicarse un aborto clandestino.

El pasado lunes se registró la muerte de una mujer de 34 años debido a una infección, la cual obligó a que le extirparan el útero. Los médicos encontraron restos de perejil en su cuerpo y se presume que esa planta fue utilizada para inducirse un aborto.

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La segunda muerte fue la de una joven de 30 años que había sido internada en un hospital de Pilar, una localidad ubicada en la provincia de Buenos Aires, debido a complicaciones por un aborto provocado.

El director del hospital, Esteban Sieling, confirmó el deceso y sus causas, pero no brindó mayores detalles para resguardar la identidad de la paciente que, de acuerdo con las leyes vigentes, cometió un delito.

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Así como la ruda, el perejil es una planta usada comúnmente en infusiones o ramilletes que mujeres de escasos recursos se insertan en la vagina para tratar de interrumpir embarazos, ya que no pueden pagar una intervención clandestina en una clínica.

Las redes sociales y los medios de comunicación se colmaron de reclamos de activistas que responsabilizaron de estas muertes a los senadores que votaron en contra de la legalización del aborto.

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La ley que el Senado no quiso derogar sólo despenaliza el aborto en casos de embarazo por violación o si está en riesgo la vida de la madre o del feto.

Sin estas causales, toda mujer que se practica un aborto de manera voluntaria en Argentina puede tener una condena de uno a cuatro años de prisión.

Legalizan la producción de misoprostol

La Anmat, la oficina que regula la producción de medicamentos en Argentina, autorizó a un laboratorio nacional la fabricación del misoprostol, un fármaco que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el  método más seguro para abortar.

El fármaco será comercializado por el laboratorio Dominguez, sin embargo únicamente podrá ser vendido a hospitales debido a que su distribución en farmacias está prohibida.

 

En Argentina se calcula que cada año hay entre 350 mil y 500 mil abortos clandestinos que suelen provocar la muerte de alrededor de 30 mujeres.