Paco Ignacio Taibo II acepta renuncia del director del FCE Colombia

 

Se detalla que Montt presentó entonces su renuncia, pero que no fue aceptada pues debía dejar en orden todo lo relacionado a la ruptura de dichos contratos.


Paco Ignacio Taibo II, titular del Fondo de Cultura Económica (FCE), aceptó, a través de una carta, la renuncia del escritor Nahum Montt a la dirección de la subsidiaria de la editorial en Colombia; el autor es acusado de abuso de poder, conflicto de intereses, autopréstamo y uso indebido de la tarjeta de crédito corporativa.

La decisión, se dio a conocer a través de una carta que el colombiano FCE-Educal dirigió a los empleados de la editorial en Bogotá, expresando que se realizarán los ajustes necesarios en cuanto las condiciones vuelvan a la normalidad.

Desde noviembre de 2019, el FCE detectó gastos irracionales en su filial, pero prefirió ordenar los asuntos con Montt y descartó cualquier acción judicial justificando que los directores son empleados de la empresa y no servidores públicos.

“Hice una serie de proposiciones, tuvimos una reunión, conversamos, estamos de acuerdo totalmente, Andrés va a anunciar muy pronto la situación en la que empezaré a dirigir el Fondo. Creo que va a ser muy interesante”.

De acuerdo con el reportaje, Montt firmó contratos millonarios entre el FCE y tres sociedades sin trayectoria con las que su hijo estaba vinculado, obligó a funcionarios a firmar una cláusula de confidencialidad, recibió una queja ante al Ministerio de Trabajo de Colombia por un despido colectivo, ordenó ampliar, sin los permisos requeridos, el estacionamiento del Centro Cultural García Márquez (sede del FCE Colombia); y usó irregularmente de la tarjeta de crédito corporativa.

En un comunicado publicado el pasado domingo, el FCE señaló que en noviembre de 2019 su departamento internacional detectó gastos irracionales en la filial de Colombia, “producto de la contratación, sin habernos informado previamente, de empresas externas que duplicaban las funciones administrativas del FCE”.

“Esto obligó a una visita inmediata del subgerente de Relaciones Internacionales Bogotá, que regresó con un informe que confirmaba estos malos manejos. Todo esto en un contexto en que la filial operaba con números rojos, tenía bodegas saturadas y aumentaba su deuda con la casa matriz, temas que habrían de haber sido centrales en la administración”, añade el documento.

Sin embargo, la editorial señala que no existían motivos para proceder jurídicamente en contra dichas empresas, pues cumplieron con lo estipulado en sus contratos en tiempo y forma. “Su contratación no fue ilegal, sino innecesaria. La cancelación de estos contratos debía ser inmediata. Y así se hizo”, agrega.

Asimismo, se detalla que Montt presentó entonces su renuncia, pero que no fue aceptada pues debía dejar en orden todo lo relacionado a la ruptura de dichos contratos.