Rearmados de las FARC reconstruyen su ejército en Venezuela

 

Washington, 5 Sep (Notimex).- El anuncio del retorno a las armas de exlíderes de las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no sólo amenaza los acuerdos de paz en Colombia, sino que representa un problema más pues son ahora una fuerza criminal que opera también en Venezuela. Esta afirmación fue hecha por InSight Crime, […]


Washington, 5 Sep (Notimex).- El anuncio del retorno a las armas de exlíderes de las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no sólo amenaza los acuerdos de paz en Colombia, sino que representa un problema más pues son ahora una fuerza criminal que opera también en Venezuela.

Esta afirmación fue hecha por InSight Crime, una fundación dedicada al estudio de la principal amenaza de la seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica y el Caribe, que explica qué papel juega Venezuela en esta nueva etapa de las ex-FARC.

Según una investigación de InSight Crime, en el pasado los grupos irregulares colombianos fueron combatidos por los gobiernos de Venezuela, pero hoy el escenario es muy distinto y las disidencias de las FARC y sus líderes son bienvenidos en territorio venezolano, donde tendrían sus operaciones estratégicas y comerciales.

Si bien la materia prima de su principal negocio, la coca, sigue estando en Colombia, su centro de operaciones estaría en Venezuela, donde se supone están radicados algunos líderes de la exguerrilla como Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez” y Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias “Jesús Santrich”.

A esto se suma el hecho de que han encontrado en Venezuela una “mina” para fortalecer sus finanzas y reconstruir su ejército, con la explotación ilegal de oro y coltán, además de contar con el reclutamiento de ciudadanos vulnerables dispuestos a servir a su estructura criminal a cambio de un plato de comida.

Esta nueva versión de las ex-FARC mafia, gestada en Venezuela, nació en medio de una tormenta en la que coincidieron tres grupos que tienen enemigos, ideologías e intereses criminales comunes: El gobierno de Nicolás Maduro, la disidencia de la ex guerrilla colombiana y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

El gobierno de Maduro necesita que lo vean como un enemigo poderoso y para eso se apoya de todos sus potenciales “ejércitos” y de los aliados criminales que él cree que estarían dispuestos a defenderlo en caso de una incursión militar extranjera.

En tanto, los jefes de las ex-FARC necesitan el territorio venezolano, su ubicación estratégica, las ventajas que brinda contar con el apoyo de un gobierno y tener acceso directo a las armas de sus fuerzas de seguridad, para sostener su negocio: el narcotráfico.

Hasta ahora, la más importante fuente de ingresos para las ex-FARC mafia sigue siendo el narcotráfico, que ha aumentado en los últimos años gracias a la complicidad que ofrecen funcionarios del gobierno de Maduro y la impunidad con la que les permiten operar, se afirma en la investigación.

Un equipo de corresponsales de InSight Crime en Venezuela logró identificar la presencia de miembros de la ex-FARC en al menos ocho estados del país: Zulia, Táchira, Apure, Bolívar, Guárico, Barinas, Amazonas y Aragua.

Otra razón por la que las ex-FARC son ahora una fuerza binacional es que su ejército está integrado cada vez más por venezolanos, pues ha aprovechado la crisis económica y la migración de Venezuela para reclutarlos y fortalecer sus filas.

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