La cifra de muertos por el sismo de 6.2 grados en la escala de Richter que sacudió ayer el centro de Italia se elevó a 159, mientras 368 personas resultaron heridas y más de 150 se encuentran desaparecidas, informó el primer ministro, Matteo Renzi.
“Italia es hoy una familia golpeada, pero que no se detiene”, declaró Renzi, quien advirtió que la cifra de fallecidos podría aumentar.
“Queremos una reconstrucción verdadera para que los habitantes de estos pueblos puedan seguir manteniendo su comunidad y conserven el pasado de estas localidades, un pasado maravilloso que no puede quedar perdido”, agregó el primer ministro.
La actualización del balance de víctimas fue dada a conocer por el primer ministro, después de recorrer las zonas devastadas, que se ubican en una zona de alta sismicidad. Uno de los pueblos más afectados de esta zona montañosa y poco poblada es Amatrice, de unos dos mil 600 habitantes.
Socorristas, policías y voluntarios trabajan en las pequeñas localidades de Amatrice y Accumoli, en la región del Lacio, y Arquata del Tronto, en la región de Marcas, las tres más afectadas por el movimiento telúrico, para buscar personas entre los escombros.
En Amatrice continúan las labores de rescate, en las que participan militares, carabineros, patrullas de montaña y personal médico. Más de 100 réplicas —la más alta de 4.9 grados Richter— se han registrado a raíz del terremoto.
Italia se encuentra situada entre dos fallas y esto la convierte en una de las zonas más activas sísmicamente de Europa. En esta región chocan las placas continentales africana y euroasiática y entra, además, por debajo la placa adriática.
