A cargo de la UNAM, el Observatorio de San Pedro Mártir fortalece su equipamiento

 

En un año instalará cinco telescopios


San Pedro Mártir, BC.- El Observatorio Astronómico Nacional en la Sierra de San Pedro Mártir (OAN-SPM), Baja California, a cargo de la UNAM, está en proceso de crecimiento. Con ello se fortalecerá la investigación científica y tecnológica de frontera que allí se realiza.

Actualmente hay cuatro telescopios especializados, pero entre finales de este año y el otoño del 2017 se instalarán otros cinco, con lo que el número de instrumentos para estudiar la bóveda celeste se incrementará a nueve, informó el jefe del OAN-SPM, Mauricio Reyes.

Tres de ellos corresponden al proyecto TAOS II (que en inglés significa Transneptunian Automated Occultation Survey), cada uno medirá 1.3 metros de diámetro en su espejo primario, y trabajarán coordinadamente.

El edificio para el primero de ellos ya está en construcción y se espera terminarlo a fin de año, agregó Reyes, quien es también el investigador responsable de TAOS II en el país.

Los otros dos telescopios del proyecto, que se ejecuta en conjunto con el Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sínica de Taiwán –donde se instaló TAOS I–, y con el Centro para Astrofísica de la Universidad de Harvard, se prevé que queden listos durante el verano del 2017. El costo aproximado de las tres instalaciones mencionadas es de 16 millones de dólares.

Con ellos, prosiguió Reyes, se busca hacer un censo de los objetos trasneptunianos pequeños, por la técnica de ocultaciones, pues generan una especie de pequeños eclipses de estrellas, las cuales indican que por enfrente de ellas pasó un objeto de la periferia del sistema solar.

Estas rocas tienen características que permiten saber cuáles eran las condiciones cuando se formó aquél. “Si entendemos cuántas son, en dónde están y cómo se están moviendo, podemos inferir qué fue lo que pasó y dio lugar al sistema solar actual”.

La parte más novedosa, explicó, son las cámaras de alta precisión que utilizarán para monitorear una porción grande del cielo, pues se podrá seguir el brillo de 10 mil estrellas simultáneamente, y se tomarán imágenes cada veinteavo de segundo. Además, el empleo de estos detectores podría tener aplicaciones en otras áreas.

Foto: Benjamín Chaires / Cortesía UNAM

 

Mayor nitidez

Alan Watson, investigador responsable de ambos proyectos, expuso que aunque el primero es un instrumento pequeño, contará con una cámara con estabilización que dará imágenes con una nitidez hasta tres veces mayor que algunos de los que actualmente se tienen, y dará detalles finos de estrellas y galaxias. Un año trabajará con una cámara convencional y posteriormente se colocará la de estabilización.

COATLI es una inversión conjunta entre la UNAM, por medio del Instituto de Astronomía (IA), la Coordinación de la Investigación Científica y la Dirección General de Asuntos del Personal Académico, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

En tanto, DDOTI es una cámara que permitirá ver hasta un ángulo de 10 grados en el cielo, y se utilizará para localizar objetos que han sido detectados en rayos gamma por satélites de la NASA o en ondas gravitacionales por los observatorios nuevos.

“Ellos los detectan, pero no dan muy buenas posiciones. Entonces, vamos a buscarlos en las partes del cielo que se han identificado y ver si podemos observar la fuente en el óptico, para luego estudiarlos mejor”, comentó Watson, quien explicó que este telescopio también se realiza con recursos del IA, la Coordinación de la Investigación Científica, el Conacyt y la NASA, la cual aportó una cuarta parte de los cerca de 10 millones de pesos del proyecto.

Este año estará en pruebas y se estima que inicie operaciones el verano de 2017.

Alta demanda

Al año, cerca de 120 astrónomos o equipos de astrónomos de diferentes universidades, centros e institutos de investigación del país, solicitan el acceso al Observatorio Astronómico Nacional en la Sierra de San Pedro Mártir (OAN-SPM), para estudiar los cuerpos celestes a través de alguno o varios de los cuatro telescopios que hay.

El tiempo de observación que se otorga a cada uno de ellos es determinado por una comisión de especialistas, quienes emiten dos convocatorias al año para recibir los proyectos y evaluarlos, mencionó Sergey Zharikov, jefe del Departamento de Astronomía Observacional del OAN-SPM.

“Cada medio año nos llegan unas 70 solicitudes y al año suman cerca de 120. Hay competencia por acceder a algunas noches, pero aplicamos varias razones científicas y, en general, les asignamos el mayor tiempo que podemos; casi 90 por ciento de los estudios que se presentan los aprobamos.”

Este observatorio a cargo del Instituto de Astronomía, añadió Zharikov, está ubicado en uno de los cuatro mejores lugares del mundo para la observación astronómica.

“Nos encontramos en un lugar muy oscuro y tenemos la suerte de estar en una montaña muy alta, de dos mil 830 metros sobre el nivel del mar. La atmósfera es muy estable, por un lado se encuentra el Océano Pacífico y por el otro el Mar de Cortés”, expuso.

El también especialista en procesos físicos de estrellas primarias comentó que muchos de los científicos que acuden al OAN-SPM tienen cooperaciones con astrónomos de otras naciones, debido a que este es el camino por el que pueden llegar a realizar observaciones en distintos instrumentos.

“Yo mismo tengo colaboración con científicos de Finlandia, Rusia, la República Checa, España y Estados Unidos. Nuestra ciencia es fundamental. Por ejemplo, la observación de los meteoros es importante porque podría haber alguno que chocara con la Tierra y, además, es necesario tener respuesta a otras preguntas respecto a quiénes somos, cuál es el futuro del universo.”

Los astrónomos cuyos proyectos son aceptados, viajan por carretera, desde Ensenada hasta el Parque Nacional de San Pedro Mártir, donde está el observatorio. Allí, se alojan en un albergue que está totalmente aislado y donde pueden dormir, comer, bañarse y analizar los datos que obtienen tras horas de observar la bóveda celeste.

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NFA