Adolescentes, principales consumidores de marihuana: ONU

El integrante de la Junta Internacional de la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Raúl Martín del Campo Sánchez, indicó que el mayor consumo de la droga es entre estudiantes de 15 a 16 años.

Describió un escenario en el que una de cada cuatro personas en el mundo es menor a 24 años y el consumo de cannabis en adolescentes es más alto que la población en general con 5.8 por ciento, es preocupante, según la ONU.

En su ponencia “Lineamientos internacionales para el tratamiento de adicciones y su aplicación a la atención de adolescentes”, informó que Europa es el continente donde es mayor el consumo de sustancias a nivel intercontinental.

En el marco del Segundo Congreso Mundial de Prevención de Adicciones en Niños y Adolescentes, celebrado en Tijuana, Baja California, dijo que pese a que el mayor consumo se registra entre adolescentes, se está incrementando de manera importante este fenómeno entre adultos.

“Se incrementa el consumo entre personas de la tercera edad, de 55 años o más, la generación de los llamados Baby Boomers de los 60 o 70 experimentaron con algunas sustancias y están en la crisis de los opioides”, asentó.

Agregó que el incremento en el consumo también se ha registrado entre mujeres adolescentes, principalmente donde ya existe la prevalencia del consumo de alcohol o marihuana, y este consumo es mayor entre las adolescentes que entre hombres.

Del Campo Sánchez añadió que de las personas que reciben tratamiento por abuso de drogas, sólo una quinta parte son mujeres, “su inicio en el consumo está influido por su pareja, cuando ésta también consume drogas”.

Mencionó que existe una vulnerabilidad en todas las adolescentes, a lo cual se le ha llamado “el efecto telescopio”; aunque muchas inician a edad más tardía el consumo que los hombres, desarrollan los trastornos de manera más temprana.

Respecto de los lineamientos para la atención de adolescentes que consumen sustancias psicoactivas, es necesaria la detección e intervención temprana basada en evidencias, así como un tratamiento voluntario adaptado a las necesidades individuales.

Asimismo, un tratamiento integral y de salud mental, el manejo de contingencias, involucramiento de la familia y la comunidad, identificar y atender la violencia, la salud y el riesgo suicida, así como cuidados continuos y prevención de recaídas.

Expuso que la Organización de las Naciones Unidas ha hecho hincapié en que se les dé a los adolescentes información verídica certera y se les hable sobre los riesgos reales de algunas sustancias y las opciones para poder atenderse.

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