Avionazo con saldo blanco; el clima, probable factor

 

La SCT activó una comisión investigadora del accidente en Durango


P. GUILLÉN / J. CHAPARRO / L. ZAVALA

Momentos de pánico experimentaron los 97 pasajeros, entre ellos dos infantes, y los cuatro tripulantes del vuelo 2431 de Connect de Aeroméxico que se desplomó a 10 kilómetros del aeropuerto de Durango, de donde intento despegar, pero no pudo levantar el vuelo, sin que se reportarán pérdidas humanas.

La aeronave modelo Embraer 190, de fabricación brasileña, viajaba con destino a la Ciudad de México desde el aeropuerto “Guadalupe Victoria” de Durango; según reportes de la aerolínea se registraron 80 personas lesionadas que fueron trasladadas a diferentes hospitales, como el Hospital General de Zona 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

De acuerdo con los primeros informes periciales, el principal “sospechoso” del accidente fue el clima imperante en la zona, que pudo “producir un fenómeno denominado wind sire (viento cortante) que imposibilitó a la aeronave lavantar el vuelo; de hecho, de acuerdo con las imágenes, se aprecia que no tuvo ocasión de levantar el tren de aterrizaje, lo cual es parte del adiestramiento que reciben los pilotos para evitar mayores percances”, reveló el investigador en accidentes de aviación, Eduardo Pérez de León.

Poco antes de las 15:00 horas se reportó que la aeronave caía de frente a unos kilómetros de la pista del aeropuerto, provocando la movilización de cuerpos de emergencia y seguridad para atender el accidente, del cual confirmaron el gobernador duranguense, José Rosas Aispuro, así como la aerolínea.

Al frente del aparato, pilotaba el capitán Carlos Galván Meyran, al mando del primer oficial Daniel Dardon Chávez y las sobrecargos Samantha Hernández y Brenda Zavala Gómez; el vuelo concluiría a las 16:30 horas al aterrizar en el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México (AICM), sin embargo, al iniciar el despegue no pudo maniobrar la aeronave debido a las inclemencias del tiempo, por lo que la unidad cayó de frente.

Entrevistado por CAPITALMEDIA, el capitán Pérez de León explicó que el viento cortante es un fenómeno climático que “logra desarrollar ráfagas de entre 300 y 500 kilómetros por hora con duración de 30 segundos, que ha logrado desprender árboles con todo y raíces”.

Pese a que la aeronave se incendió en tierra, gracias a un retardante en el interior de la cabina los pasajeros y tripulación tienen 90 segundos para poder abandonar la aeronave y con ello salvar la vida, de esa forma es como pudieron escapar del avión siniestrado con lesiones menores, explicó el investigador.

La pericia de los pilotos y su entrenamiento permitieron que el avión realizara un aterrizaje de emergencia, que la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores calificó como impecable, en los protocolos que marca la instrucción. Pese a estar golpeados, la tripulación, Samantha y Brenda ayudaron a los pasajeros a abandonar la nave y los trasladaron a un sitio seguro, otros pasajeros salieron por su propio pie y auxiliaron a los más lastimados, informó Israel Solano, director de Protección Civil Municipal de Durango.

Por su lado, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) informó que se creó una Comisión Investigadora y Dictaminadora para el accidente aéreo.

En dicha comisión participarán la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), los colegios profesionales de la industria y representantes del fabricante Embraer.

La dependencia señaló que igualmente se contará con la asistencia de la Junta Nacional de Transporte de los Estados Unidos.

Asimismo, la Procuraduría General de la República (PGR) inició una carpeta de investigación tras el accidente del avión de pasajeros de la aerolínea Aeroméxico.

Por instrucciones del subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, en suplencia del titular de la PGR, Alberto Elías Beltrán, elementos de la dependencia, entre agentes del Ministerio Público y personal de la Coordinación de Servicios Periciales de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), acudieron al lugar de los hechos.

Una vez que se verifique que no existe riesgo alguno de explosión en los restos de la aeronave, el personal especializado de la Procuraduría ingresará para recabar los primeros indicios y continuar la integración de la indagatoria correspondiente, puntualizó la dependencia en un comunicado.