Colesterol y ácidos grasos provocan tumores malignos, advierte UAM

Colesterol Foto: Internet
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Algunas margarinas y mantecas vegetales contienen cantidades variables de esos ácidos, dijo.


El investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), doctor Luis Enrique Gómez Quiroz, advirtió que la sobrecarga de lípidos –colesterol y ciertos ácidos grasos– ocasionan el desarrollo de tumores hepáticos “con mayor agresividad y mal pronóstico”.

Por ello, señaló la necesidad de alcanzar un equilibrio respecto de los lípidos que se consumen en la dieta, es decir, tener buenos niveles de insaturados –Omega 3 y 6– y mantener bajos de los saturados y el colesterol, además de evitar los llamados

En la conferencia Grasas buenas vs grasas malas. La dieta como factor de riesgo para el cáncer, en el marco del Ciclo: Sábados en la ciencia, el académico recomendó el cuidado de la alimentación, pues dijo que el tipo de lípido, más que la cantidad, es lo que marca la susceptibilidad al daño y, por lo tanto, el inicio y la progresión del cáncer de hígado.

Dijo que la ingesta de colesterol recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de entre 240 y 260 miligramos por día, sin embargo, en México el promedio es de 374 a 452 miligramos diarios y los estados de México, Tamaulipas, Nuevo León, Jalisco, Quintana Roo, Baja California y Baja California Sur son las entidades con mayor consumo de esta sustancia.

El problema con los ácidos grasos trans es que se generan por la hidrogenación parcial de aceites vegetales, que siendo líquidos se convierten en grasas sólidas que actúan como saturadas, lo que significa que disminuyen el colesterol bueno y aumentan el malo. Algunas margarinas y mantecas vegetales contienen cantidades variables de esos ácidos, dijo.

Manifestó que si bien los ácidos grasos que se acumulan en el abdomen “se pueden quemar” haciendo ejercicio, “el colesterol no lo podemos desechar de manera fácil, por lo que es mejor no consumirlo”, ya que la sobrecarga de estos lípidos puede conducir a desórdenes genéticos, incluidos hipercolesterolemia familiar –trastorno que se transmite de padres a hijos y que provoca que la cuota de colesterol malo sea muy alta– diabetes, hígado graso, obesidad y aun cáncer, entre otros males metabólicos.