Con marcha despiden a dos oficiales caídos

 

Anuncian fondo de 3 millones de pesos para familiares


En una mañana nublada se realizó el cortejo fúnebre dedicado a Margarita Rivera Rivera e Iván Luna Hernández, los dos policías caídos en cumplimiento de su deber; la primera al frustrar un robo en la Central de Abasto y el segundo durante un enfrentamiento con narcomenudistas en Iztapalapa.

Al frente iban los familiares y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Hiram Almeida, así como otros mandos de diversos agrupamientos; entre ellos el de la Policía Auxiliar al que perteneció la oficial Rivera Rivera, quien estaba presente a través de un retrato que por turnos cargaron en silencio sus tres hijos adolescentes en el trayecto del Hemiciclo a Juárez hacia la Plaza Tlaxcoaque.

A Luna Hernández se le hicieron dos fotografías, una de cuerpo entero y otra de su rostro, las cuales por ratos cargaba su hermana, su pareja o alguno de sus hijos.

Los padres de los uniformados también acudieron a este homenaje luctuoso con la petición de que se haga justicia y que los responsables sean castigados.

Más que el coraje, la tristeza se imponía. La madre de Margarita no pudo evitar el llanto cuando recibió el pésame del titular de la SSP y debió usar su rebozo para limpiar sus lágrimas, que terminaron por contagiar a los demás.

El recorrido, donde participaron mil elementos, estuvo acompañado por la banda de guerra de la Policía capitalina.

De nuevo, el recuerdo de los fallecidos se hizo presente en la entrada del centro histórico, donde se colocaron las coronas florales, y se garantizó que sus muertes no quedarán impunes, a decir del jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, quien asistió a la ceremonia.

En su discurso, el funcionario expresó compartir la pena que significaba la pérdida de su ser querido. “Es un dolor inexplicable del que el tiempo nos puede dar entendimiento y resignación, pero que nunca olvidamos”.