Facultades excesivas debilitan al INE

Reformas electorales surgen a partir de una “operación cicatriz”
Julio Pérez de León Publicado el
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María Marván Laborde aseguró que parte de la inestabilidad del sistema electoral mexicano se origina en la sobrerregulación y en las amplias atribuciones que se le han conferido al Instituto Nacional Electoral (INE).

La expresidenta del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), precisó que cada nueva atribución significa más recursos al INE y luego se sorprenden los partidos del presupuesto solicitado, destacó que la posibilidad de competencia no significa posibilidad de alternancia, pues los partidos están más ocupados en crear clientes que militantes, bases y electores.

Fortalezas y debilidades

Al presentar el libro Fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano, perspectiva federal y local, la maestra, politóloga y socióloga mexicana explicó que la hiperregulación y el exceso de atribuciones y facultades del INE “son unas de las debilidades del sistema electoral mexicano”.

Por otro lado, “los partidos políticos se mantienen más atentos en conseguir clientes, que en tener militantes, capacitar bases o asegurar la lealtad en el electorado”, agregó la ex comisionada presidenta fundadora del Ifai.

Desviación electoral

En el auditorio del INE se presentó la obra coordinada por el ex consejero presidente del INE, Luis Carlos Ugalde, quien en su oportunidad afirmó que la sobrerregulación de los organismos electorales data de la reforma de 1977 y se cristalizó aún más con la de 2014, con lo cual, dijo: “no se ha perdido el rumbo o la ruta, pero sí hubo desviaciones”.

Una de ellas, fue la centralización de las elecciones, con ese espíritu se pasó del IFE al INE, que se generó a raíz de una filtración.

Destacó una anécdota en 2013, luego de la filtración de un gobernador dando instrucciones a sus empleados sobre cómo trabajar la elección, el entonces dirigente nacional del PAN,Gustavo Madero Muñoz, lo llevó al Pacto por México derivando en la reforma de 2014 que concluyó centralizando las funciones del órgano electoral y pasar de IFE a INE.

Narrativa del perdedor

Ugalde denominó a lo anterior como la “narrativa del perdedor”, a través de la cual se generan reformas electorales como parte del proceso de la “operación cicatriz”, adelantó que de hacer caso a este discurso, “después de las elecciones de 2018 tendremos una ley electoral que en lugar de tener 600 artículos pasará a 750 artículos”.

Crear reformas por la “narrativa del perdedor”, dijo el también director de la consultora Integralia, generó “un Frankenstein porque no hacemos un diagnóstico de salud y enfermedad de la democracia, sino que se le ponen capas de grasa y simplemente lo llamamos hiperregulación”.

En ese sentido coincidió con María Marván Laborde, quien señaló que “es mala medida calibrar la elección en términos de equidad o equilibrio, si no hay alternancia”.

Aseguró que la sobrerregulación debilita al INE “porque lo hace estirarse al límite y lo rebasa”, y vaticinó que un escenario en ese sentido podría generarse con las casillas únicas que se saturen y ocurran situaciones inéditas.

Destacó que las reformas no van a las causas de los problemas sino a maquillar las soluciones, y ejemplificó con el rebase de topes de campaña elevado a rango de causa de nulidad de una elección: “No ataca la causa del problema y se vuelve hiperregulado e indemostrable, porque para evitar la fiscalización, los equipos de campaña emplean dinero en efectivo”.

La autora concluyó en un tuit que “la equidad tiene que ser un punto de arranque y no un punto de llegada. Deberíamos medir la equidad en un sistema electoral por dos cuestiones: la posibilidad de competencia y la posibilidad, no la realidad, de alternancia”.

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