La búsqueda de justicia no encuentra eco en la UNAM

 

La comunidad universitaria fue apática al llamado contra la violencia


Hay pocas personas reunidas en la explanada de Rectoría. En su mayoría son de la Juventud Revolucionaria-GAR, Juntas Defensivas Universitarias (JDU), Liga Estudiantil Democrática (LED). estudiantes de las facultades de Ingeniería, Ciencias Políticas y Sociales y de Filosofía y Letras. La convocatoria no tuvo el efecto deseado.

Uno a uno, alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se unen, conversan, y gritan por un altoparlante solamente una consigna: que haya acciones eficientes que den seguridad a todos los universitarios.

El sol apenas si da una tregua para los reporteros, camarógrafos y fotógrafos, que se equiparan en número a la comunidad universitaria reunida en la explanada de la Rectoría. No hay más de 100 personas en el lugar.

Los curiosos se acercan, escuchan unos minutos y se van, uno de ellos dice “esos weyes y el capitalismo en todo”, otros más: “Graue jamás va a hacer algo”; otros sólo miran, toman una foto y siguen su camino en el campus.

“No sólo es la violencia, el narcomenudeo, hay asaltos, compañeros que llegan en moto y la estacionan en el estacionamiento de la facultad, se las han robado, los asaltan en el camino al Metro o simplemente tienen mucho miedo de pasar por los frontones, precisamente por la cuestión del narcomenudeo… Queremos enfatizar que no solamente es el narcomenudeo, y eso es algo que el rector no quiere o está ocultando”, comenta Daniel Vázquez Pineda, estudiante de ingeniería Civil en la Facultad de Ingeniería. Remata diciendo que ni la comisión de seguridad de la Facultad de Ingeniería, ni su director, ni el de ninguna otra facultad, se han pronunciado al respecto.

Las cámaras toman sus posiciones. Todas se centran en el grupo de jóvenes y su reclamo, en el que consideran al capitalismo como el mal que acorrala al país; creen que se responsabiliza a la comunidad estudiantil de la violencia por el consumo de sustancias, pero gritan que no sólo es eso, porque muchos delitos se cometen en la máxima casa de estudios de México.

Familiares de víctimas

Y entonces aparecen padres y familiares de cuatro estudiantes de la UNAM que en diversos hechos delictivos perdieron la vida. La primera en hablar es la mamá de Carlos Sinuhé Cuevas Mejía, quien justo este 1 de marzo cumpliría años.

Él fue asesinado el 26 de octubre de 2011. Su madre vino a la Concentración por el Fin de la Violencia en la casa de estudios, dijo, porque apoya a la comunidad estudiantil. Le siguen los padres de Luis Malagón de Gaona, estudiante en la Facultad de Derecho que fue encontrado el 18 de agosto del año pasado por dos técnicos laboristas de la Facultad de Medicina en un pozo donde se ahogaba, y finalmente murió en condiciones aún no esclarecidas.

La mamá de Lesvy Osorio denunció que aún no se sentencia al asesino de su hija, por lo que su lucha sigue hasta lograr justicia; la hermana de Verónica Guadalupe Benítez, estudiante de la FES Cuautitlán, que fue asesinada del 6 de julio de 2017 en Nicolás Romero, por su esposo y su suegra, es contundente, al hablar como una de las muchas víctimas de la violencia: “uno no puede vivir su dolor por buscar justicia”.