Más labor política. Así cambiará la política exterior con Ebrard

 

En sus manos, la renegociación del TLCAN y la relación con EU


Más que buscar un protagonismo en el exterior o promover la imagen de México como una marca atractiva de su economía para el capital extranjero y turismo, directrices del gobierno saliente de Enrique Peña Nieto, el presidente virtual, Andrés Manuel López Obrador, da esbozos de una política exterior con perfil político, su nuevo canciller, Marcelo Ebrard, será el encargado de concretar la ya célebre frase del morenista: “La mejor política exterior es la interior”.

Para lo que será el nuevo gobierno se ha promocionado su plataforma más política que económica, pretende mantener la casa en orden antes que mirar hacia afuera. El nombramiento de Ebrard, con breve experiencia en ramas internacionales, pero con credenciales fuertes en el terreno político, inclina la estafeta hacia la consolidación de la política interna para dirigirse al mundo.

“Le tengo toda la confianza a Marcelo Ebrard, es un hombre con experiencia que nos va a ayudar mucho a aplicar los principios de comercio exterior, los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, de solución pacífica a las controversias, mantener buenas relaciones con todos los gobiernos del mundo y cuidar muy bien la relación con nuestros países de América, con el gobierno de Estados Unidos y Canadá”, argumentó López Obrador al otorgarle el nombramiento, que en principio había sido considerado para Héctor Vasconcelos.

Ebrard, quien tendrá que ser ratificado por el Senado, donde por la conformación mayormente morenista no enfrentará obstáculo, se convertirá en el primer titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) con vocación política, a diferencia de los dos sexenios anteriores, donde esta cabeza estuvo a cargo de funcionarios con vena económica e internacionalista.

El caso de Patricia Espinosa, diplomática mexicana al frente de la SRE en el gobierno calderonista y de dos de los tres titulares en la administración de Peña Nieto, José Antonio Meade y el actual secretario Luis Videgaray, con amplia experiencia económica.

SRE prudente, no protagónica

“La política exterior no será protagónica, será prudente. En el Proyecto de Nación se propone una política exterior con autodeterminación y cooperación para el desarrollo”, señala Movimiento de Regeneración Nacional.

Ahí se retrata que existirá “coherencia” entre la política interna y externa, cuyas prioridades son la lucha contra la corrupción, combate a la pobreza y la desigualdad, el apoyo a la educación y la salud.

En la delimitación de las funciones de la SRE, que entre los cuatro grandes rubros trazados en el proyecto del morenista, se incluye en el apartado Política y Gobierno, se antepone la defensa de la dignidad y soberanía nacional, con una clara agenda migrante, que de nueva cuenta prioriza la oportunidad dentro y no fuera del territorio nacional.

Secundada por la consolidación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y un tercer eje rector: “seguridad nacional y combate al crimen organizado”.

Agenda pendiente

La incertidumbre para concretar el TLCAN, que sigue en esfuerzos para conciliar temas difíciles en el sector automotriz y la cláusula de cancelación cada cinco años, además de la batalla arancelaria que se inició con el acero y aluminio.

Encabezará la ratificación del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México, y delimitará la estrategia de rescate para el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

Por ahora, las primeras tareas de Ebrard serán organizar y articular el primer encuentro del presidente virtual con el descontento Estados Unidos (EU), con la visita de Michael Pompeo, secretario de Estado el 13 de julio.

Una segunda encomienda a corto plazo es el papel que jugará en la Alianza del Pacíficoy Mercosur el 24 de julio en Puerto Vallarta.

Aun con una agenda apretada, el futuro presidente y su canciller hacen guiños al gobierno americano, al invitarlo a su toma de posesión el 1 de diciembre.