Las y los senadores panistas piden que se declare emergencia nacional el tema de feminicidios

Los integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (GPPAN) en el Senado manifestaron que se debe declarar emergencia nacional ante la crisis actual por el asesinato de mujeres, niñas y niños.

En conferencia de prensa, Kenia López Rabadán y Josefina Vázquez Mota señalaron que la indignación y el dolor no cesan. Los casos de Fátima, Ingrid y Abril son, tristemente, nombres que se agregan a una trágica lista de mujeres victimadas, indicaron.

Para las senadoras, el “decálogo” improvisado del presidente sobre los feminicidios no es más que un catálogo de obviedades en diez tiempos.

Denunciaron que en ninguna de las 25 prioridades presentadas por la actual administración se da relevancia a la protección de mujeres y niñas ante la ola de violencia de género que crece día con día en nuestro país.

“Estamos obligados como sociedad a poner nuestra mirada en una crisis vergonzosa pero real. Estamos obligados a tender la mano a nuestra infancia y a las mujeres”, coincidieron en señalar las legisladoras.

Ante la actual ola de odio en contra de mujeres y violencia feminicida, incluso contra menores de edad, el GPPAN presentará una iniciativa para crear una Comisión Especial de Seguimiento a Feminicidios de Niñas y Adolescentes.

“Ha llegado el momento de declarar una emergencia nacional porque hay una pandemia de odio de género que consume vidas y mutila esperanzas”, expuso Vázquez Mota.

A la ola de odio que se apodera de nuestras calles, se suma el desamparo de niñas y adolescentes, así como los crímenes en contra menores, que crecen día a día, señaló López Rabadán.

Las y los legisladores del blanquiazul recordaron que han presentado 101 iniciativas y 16 puntos de acuerdo enfocados a proteger y apoyar a mujeres, niñas y niños.

De las 101 iniciativas, sólo dos fueron aprobadas, lo que comprueba que para Morena y este gobierno no es prioridad garantizar la vida e integridad de las y los mexicanos, lamentaron.

Vázquez Mota cito el testimonio de una mamá: “La extraño mucho, la quiero, quisiera dar mi vida por la de ella. Estoy muerta en vida, cuando mataron a Fer me mataron a mí. Mi hija fue asesinada brutalmente, golpeada, colgada y, después de muerta, le cortaron sus venas”.