Liman asperezas y se tienden la mano

 

Fue un diálogo “respetuoso”, declaró el presidente del CCE


Es en su tercera campaña presidencial que Andrés Manuel López Obrador extiende su mano franca a sus adversarios y se compromete con los empresarios más poderosos y ricos de México –a los que ha acusado por lustros de enriquecerse ilícitamente– para sacar adelante al país.

A 25 días de la elección del 1 de julio, el tabasqueño lució conciliador y sereno. Ya no soltó frases explosivas contra los que consideró la “mafia del poder” y después “minoría rapaz”: el Consejo Mexicano de Negocios (CMN).

El lunes en Ixquimilpan, Hidalgo, adelantó que el diálogo y las propuestas estaban en su agenda. Ya no bromeó sobre cuidar su cartera.

Ayer, en automóviles y camionetas de lujo llegaron los invitados al Club de Empresarios Bosques, en Bosques de Ciruelos. Un “buenos días” soltó Emilio Azcárraga Jean antes de entrar, con el saco en la mano.

A las 8:28 horas, dos minutos antes de la cita, desciende de su camioneta López Obrador, flanqueado por el empresario Alfonso Romo y su vocero César Yáñez.

“Con ánimo de conciliar por el país y por México, necesitamos la unidad”, declaró ante cerca de 50 reporteros, fotógrafos y camarógrafos; prometió hablar con los empresarios con la verdad, con su “autenticidad de siempre” y respeto.

“Amor y paz”, dijo, para después estrechar la mano de Alejandro Ramírez, presidente del CMN y de Cinépolis, y de Eduardo Tricio, líder de Grupo Lala, dos de los cinco empresarios a quien hasta hace una semana tildó de “traficantes de influencias”.

Afuera, las dos primeras horas transcurrieron en calma y a las 11:00 horas comienza el movimiento. Tras dos horas y 45 minutos, con otro apretón de manos frente a los elevadores, se despidió de los empresarios. Argumentando que tenía un mitin en Zacatelco, Tlaxcala, a las 13:00 horas, intentó evadir la valla de comunicadores.

“Fue una reunión constructiva, de mucho respeto, se aclararon todas las dudas, se limaron asperezas y se estableció el compromiso de trabajar juntos en el caso de que el pueblo de México decida que sea el Presidente de la República”, comentó.

Aseguró que no hubo desencuentros, pero sí planteamientos francos en los cuales “se ejerció la libertad a plenitud de las partes”, sin censura y con franqueza. “Hay el acuerdo que si ganamos, porque va a depender de lo que decida el pueblo el 1 de julio, si ganamos, vamos a tener una relación de cooperación entre el sector privado y el sector público”, afirmó.

El tabasqueño dialogó con Germán Larrea, de Grupo México, a quien la semana pasada le dijo que tiene mucho dinero, pero poco corazón, por no rescatar a los mineros atrapados en la mina Pasta de Conchos; también con Claudio X. González, quien preside el Consejo de Administración de Kimberly-Clark; y con otros de los 35 hombres de negocios más importantes en el país.

Sin enfrentamientos, acordaron combatir la corrupción y la impunidad; impulsar el desarrollo y la creación de empleos para que mejore la situación económica y social para “poner por delante el interés nacional”.

Otro de sus compromisos, dijo, es que no dejará solo al presidente Enrique Peña Nieto si gana la elección. “Vamos a apoyar al gobierno del presidente (Enrique) Peña para que la negociación con el Gobierno de Estados Unidos no nos perjudique y beneficie a México.

Tenemos que unirnos en este tema”, expresó. Ante la insistencia, aseveró que “no hubo confrontación”. Evadió responder si los seguirá llamando “minoría rapaz” o si se puso sobre la mesa que tiene 50 por ciento de la preferencia de intención de voto.

En la entrevista de 10 minutos, aprovechó para aclarar que no ha invitado a su equipo a Guillermo Ortiz ni a Santiago Levy.

Y como sucede en sus mítines, iniciaron las peticiones de selfies, que fue atendiendo hasta subirse a su camioneta. Hombres y mujeres con lentes de sol y “outfits” de marcas exclusivas lo acapararon, hasta que comenzó a avanzar su vehículo, que se enfiló a Tlaxcala.

Unos 10 minutos después salió Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quien dijo que se comprometieron a continuar el diálogo y respaldarlo si gana la elección, para construir un México mejor.

Cuando se le preguntó si limaron asperezas –como las que plasmaron el 3 de mayo en un desplegado que titularon “Así no” ante las “expresiones injuriosas y calumniosas” del tabasqueño —afirmó que se estableció un canal de diálogo para encontrar soluciones: “No hubo un momento de tensión, fue un diálogo respetuoso”, dijo al explicar que los empresarios le expresaron su opinión a todos los calificativos que les ha impuesto.

Castañón le planteó que México requiere unidad, mayor inversión y empleos. Le expresaron que les preocupa su propuesta de autosuficiencia alimentaria. Fue el único de los empresarios que declaró. La mayoría se quedó esperando a Ricardo Anaya, quien fue citado al mediodía. Emilio Azcárraga Jean salió por otra puerta.

En Zacatelco destacó que “hubo acuerdo y conciliación”, las dos palabras que más repitió en 48 horas.