Margarita Zavala, una candidata eclipsada

 

Felipe Calderón es luz y sombra para la carrera presidencial y podría ser la causa para que no alcanzara la silla grande


Más allá de su currículum, de su activa vida política, y de sus deseos por convertirse en la primera mujer presidente de México, Margarita Zavala enfrenta una lucha particular, es la esposa de un expresidente, uno que tuvo aprobación sexenal de 52.9 por ciento, la más baja de las cuatro administraciones anteriores a la de Peña Nieto.

Para la carrera presidencial de Margarita, Felipe Calderón representa el abono y la sequía, luz y eclipse; y puede que en esta dicotomía, a la candidata se le escurra la silla grande.

Candidatura eclipsada

Mientras las esposas de sus contrincantes de batalla, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez, aparecen más en la esfera pública, no sólo como apoyo moral sino como entes para ganar simpatía entre los electores, hacerlos “más humanos y menos políticos”; Margarita prefiere figurar sola a dejar una imagen en los votantes de ella de la mano de su esposo.

“Margarita está frente a un reto complicado; mucha población no quiere a Calderón, tanto gente que directamente le afectó la lucha contra el narco; gente que era de derecha y votó por él, terminó descontenta, y los que no le dieron el voto acabaron igual o peor”, refiere el experto en branding político, Gerardo Sordo.

El encono popular que recibe el exmandatario no sólo se generó en su administración, en ésta aún sigue cosechando odios; muchos creen que “fue un parteaguas para que el PRI regresara”, la mala evaluación del actual Gobierno también se la han atribuido, explica Gerardo.

Y por más pugna independiente, por más que realce su papel como mujer empoderada, conservadora de las buenas costumbres, la familia, principios que pregona con su eslogan “ValorES Margarita”, el tiempo es poco para quitarse por completo el yugo calderonista.

“Es como si le cambiaran al producto Felipe Calderón el nombre por el de Margarita Zavala, en seis meses no es posible, y a nivel político es más difícil”, acota a este medio el también CEO de BrandMe.

Felipe, tras bambalinas

Su equipo conoce estas premisas, ya que ha jugado hasta donde ha podido con la figura de Calderón, la estrategia más visible han sido las apariciones esporádicas, con pocas o de plano cero declaraciones, útil en contadas ocasiones.

Desde enero a la fecha, el expresidente sólo ha hecho gala en tres eventos de la candidata, el primero cuando festejó la recaudación de firmas en febrero, el segundo al arrancar campaña en abril, y en el primer debate presidencial, donde se vio a Margarita caminar sola al recinto.

“Lo han tratado de separar”, concluye Sordo, aunque eso no significa que esté excluido de su “know how”; es decir, que sea un activo importante en su campaña.

“Probablemente él se involucra detrás, pero no frente a los medios, al público, porque saben que le podría afectar en imagen a Margarita”.

Las aseveraciones de que si es parte del equipo de campaña, han sido desmentidas por ambos, al menos hasta el momento.

“Tengo mi propia identidad y estoy orgullosa de mi familia; pero de las decisiones del gobierno, la responsable soy yo”, ha mencionado Zavala.

“En la campaña de Margarita no tengo puesto, ni formo parte del equipo, soy el esposo, el papá de sus hijos, y la apoyo a muerte, no sólo porque es mi esposa, sino porque es la única opción honesta en la boleta”, ha señalado Calderón Hinojosa.

Sí, pero no

Aunque ha sido tajante la posición de Margarita en cuanto a que su candidatura no es una copia de la de su marido, sí ha retomado puntos clave, como el combate “frente a frente” al crimen organizado, duplicar elementos policiacos y dejar al Ejército en las calles, estrategias que se han convertido en la médula de su plataforma rumbo a los comicios de julio.

Además ha defendido el sexenio de Felipe a capa y espada, lo cual, según los especialistas, le ha restado marcaje.

“Cada gobierno debe responder a sus propios retos; de todo he aprendido, de lo bueno, de lo que no salió exactamente como se hubiera querido, realmente estos retos que hoy tiene México, son distintos a los que tuvimos en 2006, estoy totalmente convencida de que un gobierno como el de Felipe fue un buen gobierno”, ha mencionado ante cuestionamientos provenientes de medios y de la ciudadanía.

Todo esto, que parece desventaja, podría no serlo, dice Gerardo Sordo, ya que una vez que se sabe en qué falló el gobierno calderonista, se puede desintoxicar la campaña de su esposa, y darle plus, de aquello que hizo bien como el manejo económico, y aprovechar su ventaja como mujer sin partido; esto es, no compromisos, no clientelas; al final, una figura más libre “en quien confiar”.

“Yo, como muchas mujeres me he abierto paso; también sé lo que es que te quiten el nombre, o que te crean incapaz por el hecho de ser mujer; por eso cada vez que López Obrador me dice señora Calderón, yo le digo Margarita Zavala aunque le cueste trabajo”.