Más de 100 empresarios llegan a la cena de López Obrador

 

Más de 100 empresarios llegaron a Palacio Nacional a la cena que convocó el presidente Andrés Manuel López Obrador para convencerlos de que cada uno compre o distribuya 40 mil cachitos para el sorteo del valor de la rifa del avión presidencial TP-01. Desde las 18:00 horas, por la calle de Moneda arribaron un grupo […]


Más de 100 empresarios llegaron a Palacio Nacional a la cena que convocó el presidente Andrés Manuel López Obrador para convencerlos de que cada uno compre o distribuya 40 mil cachitos para el sorteo del valor de la rifa del avión presidencial TP-01.

Desde las 18:00 horas, por la calle de Moneda arribaron un grupo de los denominados niños gritones de la Lotería Nacional que cargaron un “cachito” del sorteo el cual se presentaría en la cena, además de una esfera. También empleados que cargaron recipientes con los tamales de chipilín y el chocolate tabasqueño que llevaron al salón Tesorería.

Sobre la calle de Corregidora, a un costado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), comenzaron a llegar las camionetas de lujo y blindadas que transportaban a los hombres más ricos de México.

En la cena, de acuerdo a lo que comentó el primer mandatario le pediría a cada uno de los más de 100 empresarios que compraran o distribuyera cada uno 40 mil cachitos, es decir, unos 4 millones de cachitos de los 6 millones que se emitirán. Cada uno tendrá un precio de 500 pesos.

Uno de los primeros en llegar fue el empresario Carlos Bremer, quien compró la casa del ciudadano de origen chino Zhenli Ye Gon. Al bajar de su camioneta, señaló que tratará de apoyar con el objetivo del sorteo que es la compra de equipo médico.

“Vamos a ver en qué podemos apoyar, no sé qué nos van a proponer, pero hay que apoyar al país. ¿Si se trata de comprar cachitos? Lo vamos a hacer”, aseveró.

Después llegó Antonio Suárez, de Grupo Mar, quien afirmó que ayudará desde su trinchera. “Si vamos a colaborar en eso como cualquier buen mexicano. Yo no pienso comprar todos, pero si voy a comprar y los pienso repartir entre mis trabajadores”, dijo.

Bosco de la Vega, del Consejo Nacional Agropecuario, señaló que llegó a la cena como empresario para aliviar un problema de este país que es la salud. “Tengo un socio que es Bernardo de la Vega, tomaremos la decisión en conjunto de qué haremos porque tenemos presupuesto para apoyo a fundaciones”, aclaró.

El empresario Carlos Peralta, de grupo Iusa, dijo que primero esperaría llegar a la cena sin embargo previó comprar “muchos” cachitos.

El ingeniero Carlos Slim fue uno de los empresarios llegó caminando desde casi el inicio de la calle de Corregidora por el tráfico. Destacó que es una buena obra el sorteo porque se destinará para la compra de equipo médico, además de que degustaría “tamalitos de Chipil, de Chipilin”.

Esta es la supuesta carta que los asistentes firmaron:

Por el tumulto, su hijo, Carlos Slim Domit tardó en entrar.

El que llegó con “mucha hambre” fue Carlos Salazar Lomelín, del Consejo Coordinador Empresarial.

Otro que llegó corriendo fue Miguel Rincón, compadre del Presidente y presidente de Bio Papel, quien riendo señaló que compraría muchos cachitos.

Otros de los que llegaron son Emilio Azcárraga; Daniel Chávez, de grupo Vidanta; Antonio Del Valle, Consejo Mexicano de Negocios; María Asunción Aramburuzabala Larregui, Grupo Modelo; Vicente Yañez, Antad; Daniel Servitje, grupo Bimbo; José Manuel López Campos, Canaco-Servytur; Alejandro Ramírez, Cinépolis ; Olegario Vázquez, Grupo Ángeles; Miguel Alemán Velasco, Interjet; Alejandro Ramírez, de Cinepolis; entre otros.

También llegaron los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de Hacienda, Arturo Herrera; además del titular de Banobras, Jorge Mendoza

La calle de llenó de escoltas, policías capitalinos y decenas de curiosos que venían cómo los reporteros, camarógrafos y fotógrafos corrían para entrevistar a los empresarios.

“Ahí viene mi patrón”, grito uno de los fotógrafos.