Más de mil menores han muerto en fuego cruzado

Entre 2006 y 2014 existieron cerca de dos mil asesinatos de niños y adolescentes, la mitad de ellos se suscitó en medio de enfrentamientos que involucraron participación de las Fuerzas Armadas, detalla el informe “Desafíos en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes”, presentado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim). Para 2015, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reportaban la muerte de mil 57 menores de 17 años, más de la mitad entre 15 y 17 años. Sin embargo, las cifras oficiales no revelan cómo y bajo qué circunstancias fallecieron.

El aumento de la violencia en México, que pone al sistema de justicia ante un reto que no se ha cumplido cabalmente en materia del acceso a la justicia en caso niños y adolescentes, tiene como principal responsable la estrategia de seguridad llevada a cabo en los últimos dos sexenios, consideró Juan Martín Perez, director ejecutivo de la Redim.

“Va ser muy grave que el presidente Enrique Peña Nieto asuma este costo ratificando esta mala decisión. Tenemos 10 años de una estrategia fallida contra el crimen organizado”, refirió.

Además, apuntó que la inequidad en el acceso a la justicia fomenta que los crímenes cometidos contra este sector social permanezcan en la impunidad.

Entre las problemáticas más graves, destacaron la desaparición forzada, que muchas veces se encuentra ligada a grupos del crimen organizado para delitos de explotación sexual.

De acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas y Desaparecidas (Renped), es el sexenio de Enrique Peña Nieto en el que más menores han desaparecido sumando 4 mil 394. En lo que va del año se contabilizan 812 desapariciones. El Estado de México es la entidad donde más casos se registran.

Los delitos sexuales son otro aspecto que aqueja a la niñez mexicana, pues, cuatro de cada 10 víctimas tenía entre 0 y 19 años; siendo las mujeres las más afectadas.

Ante este panorama la Redim recomendó elaborar un diagnóstico sobre las causas estructurales que propician la violencia que afecta niños y adolescentes.