Con estas medidas, México se prepara para enfrentar la crisis del agua

Tener que vivir sin agua dejó de ser una amenaza y se convirtió en una realidad. El cambio climático, crecimiento de la población humana, aumento desmedido de las industrias y el no haber aprendido a cuidar el medio ambiente, son los principales factores por los que ahora el mundo enfrenta el reto de sobrevivir sin el vital líquido.

El lugar en el que la crisis es más grave se llama Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Aunque el agua no se ha agotado de de forma definitiva, lasm reservas con las que cuenta la ciudad son prácticamente nulas . El gobierno de ese país implementó medidas urgentes, y los habitantes de esa nación aprendieron a marchas forzadas a vivir sin tener el privilegio de tomar un vaso de agua, o bañarse en una regadera por más de dos minutos.

En nuestro país, a pesar de estar rodeados por el Océano Pacífico y el Golfo de México, la situación podría asemejarse a la que se vive en Sudáfrica en un futuro no muy lejano, y aunque las campañas que invitan a cuidar el agua y nuestros recursos naturales no cesan, las personas no hemos aprendido a ser responsables de nuestra existencia y nuestro consumo.

Ante esta situación y lo que parece ser una inminente crisis del agua en México, el presidente Enrique Peña Nieto firmó varios decretos que establecen reservas de agua a fin de preservar un suministro suficiente para decenas de millones de personas.

Los decretos, firmados el martes 5 de junio, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, protegen volúmenes definidos de agua en casi la mitad de las 756 cuencas hidrográficas de México, y limita su uso a consumo humano y para la conservación.

En pocas palabras, se establece que la actividad industrial tiene prohibido acceder a esas cuencas, ya que están reservadas para la sobrevivencia de los mexicanos.

El Fondo Mundial para la Naturaleza trabajó en conjunto con el gobierno de México durante los últimos 12 años para cartografiar los ríos del país y determinar cuánta agua es necesaria para sostener la vida y garantizar el suministro frente al crecimiento de la población en los próximos 50 años.

El problema es que, si los habitantes de este país no adoptamos hábitos que ayuden a cuidar el medio ambiente, ni hacemos conciencia sobre no desperdiciar el agua, después de esos 50 años tampoco tendremos el privilegio de saciar nuestra sed con agua.

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ODT