Mireles y Mora coinciden en el foro de paz; ni se saludan

 

Aureoles manda secretario y lo abuchean; la seguridad, en “ruinas”: Durazo


DALIA MARTÍNEZ

Con dos horas de retraso, una organización apretada y más de dos mil asistentes, se llevó a cabo este martes el tercer foro de Pacificación y Reconciliación Nacional, impulsado por Morena y el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, en un ambiente que osciló entre la festividad y el enojo.

Ahí estaban figuras tan emblemáticas como José Manuel Mireles, que llegó rodeado de “guaruras” y se negó a hablar con los medios, a no ser que fuera para comentar que le parecía “inaudito” que “en espacios como estos no tomaran en cuenta a quienes arriesgamos la vida por la lucha”.

También estaba el legendario Hipólito Mora, excompañero de armas de Mireles, que también llegó con su escolta, un poco más dispuesto a hablar y en plan conciliador. Hipólito y Mireles ni se saludaron y evitaron todo el tiempo cruzarse y mirarse, aunque fuera de reojo.

Ahí estaban también experredistas, ahora morenistas, funcionarios y exfuncionarios de gobierno, líderes que llevan tiempo abanderando desde causas ecológicas hasta derechos de los animales y movimientos sociales e indígenas.

El encuentro no empezó hasta que Alfonso Durazo, virtual candidato a ocupar la Secretaría de Seguridad Pública, terminó el desayuno y una reunión privada con el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, de quien fue compañero en la Cámara de Diputados federal, pero que no fue suficiente para convencerlo de que acudiera al evento.

En su lugar, el gobernador michoacano envió al secretario de Seguridad Pública estatal, Juan Bernardo Corona, quien todo el tiempo y por alguna extraña razón mantuvo una sonrisa.

La energía que se percibía en el encuentro fue desatada cuando, después del discurso del arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, quien aunque intentó explicar en qué consistían los procesos de pacificación y reconciliación a escala internacional, nadie parecía ceder a tales propuestas.

No había tomado el micrófono el secretario de Seguridad, Juan Bernardo, con su impecable traje azul marino, cuando una policía gritó para exigir el pago de su salario