Mujeres sobrevivientes a la lucha contra el cáncer de mama en México

La detección oportuna puede marcar la diferencia para salvar millones de vidas.
REDACCIÓN Publicado el
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En 2011, Débora Montesinos entró al quirófano por un aparente granuloma en el pecho. Cuando despertó, su seno izquierdo ya no estaba en su cuerpo. Cinco años después desarrolló otro tumor, que le arrebató el seno derecho. Es una sobreviviente de cáncer de mama, el tipo de cáncer más frecuente para las mujeres en el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, en la región de las Américas son diagnosticadas más de 462 mil mujeres y mueren 100 mil cada año por ese padecimiento.

UN MAPA DEL CÁNCER DE MAMA EN MÉXICO

En México es la principal causa de ingreso a hospitales por tumores malignos. Según datos del INEGI, 24 por ciento de los egresos hospitalarios por cáncer en 2017 fueron por un tumor maligno de mama: uno de cada 100 hombres y 37 de cada 100 mujeres.

Hasta hoy, es la primer causa de muerte por cáncer en mujeres: en 2018 fallecieron más de 7 mil 200 y para 2019 se reportaron 35.25 nuevos casos por cada 100 mil mujeres: la tasa más alta en nueve años.

La tasa de mortalidad por cáncer de mama a nivel nacional es de 17.19 fallecimientos por cada 100 mil mujeres de 20 años o más. Los estados que encabezan la lista son Chihuahua, Ciudad de México, Baja California y Baja California Sur.

Casi la mitad de los fallecimientos ocurren después de los 59 años y 38 por ciento tienen de 45 a 59 años. El 13 por ciento de las víctimas mortales tienen entre 30 y 44 años y 1 por ciento son mujeres de 15 a 29 años.

COBERTURA INSUFICIENTE

La Norma Oficial Mexicana 041-SSA2-201 recomienda que todas las mujeres de 40 a 69 años deben realizarse la mastografía cada dos años aún cuando no tengan signos o síntomas de cáncer, ya que existen anomalías que no se pueden detectar a simple vista.

Sin embargo, la cobertura nacional es insuficiente. Cifras de la Secretaría de Salud revelan que la cobertura de detección por mastografía realizada por el Sistema Nacional de Salud disminuyó a 12.2 por ciento en 2019, cuando en años anteriores se mantenía arriba de 20 por ciento.

Es decir: en 2018, por ejemplo, el número de estudios de detección temprana realizados superó los dos millones 400 mil, mientras que el año pasado sólo se realizaron poco más de un millón 200 mil mastografías.

“Desde hace dos años que cambió el gobierno los otros pacientes sufren porque no hay medicamento, no hay cosas… es por la pandemia, pero también porque no hay recursos. Lo de las quimios es una tristeza que digan que ‘nos vamos a tardar en dar el tratamiento’ y dicen que no pasa nada… no, claro que pasa”, dice Débora de 59 años, periodista y paciente en recuperación.

El problema se agravó con la desaparición del Seguro Popular, del que muchas mujeres dependían para realizarse estudios y obtener sus medicamentos.

“A mí me dijeron que solo me darían la consulta gratis, porque ahora cualquier estudio lo tengo que pagar yo, cosa que me pagaba el Seguro Popular. Cada que vas al chequeo te mandan un estudio diferente para ver tu sangre, pulmones, hígado, varias cosas y ahorita yo tengo que pagar esos estudios. Hay gente que se muere por no tener los medios”, explica Ofelia Flores de 52 años.

¿SE PUEDE EVITAR?

Patricia Sánchez tiene 56 años y es ama de casa. En febrero de 2016,  le detectaron cáncer de mama. Sobrevivió a 16 quimioterapias y la extirpación de su seno izquierdo para retirar el tumor maligno. Hoy sigue en tratamiento y espera que el cáncer no regrese dentro de los próximos años.

“Cuando me dijo el médico que me tenía que quitar el seno, le pregunté más de tres veces si era necesario. Incluso cuando terminé las quimioterapias le volví a preguntar si era necesario. Al final sí me lo quitaron. Te ves al espejo y hay mucho dolor, da muchísima tristeza verte incompleta”.– Patricia Sánchez, sobreviviente.

Aunque no hay una causa específica, la ciencia ha demostrado que existen factores de riesgo que podrían incrementar las probabilidades de desarrollar cáncer de mama.

Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) los más comunes son: antecedentes familiares con cáncer de mama, tener 40 años o más, la obesidad, haber tenido la primera menstruación antes de los 12 años o la última después de los 52 años; usar anticonceptivos hormonales por más de cinco años u hormonas para la menopausia; tener al primer hijo después de los 30 años e incluso no haber tenido hijos.

Otros son el tabaquismo, el sedentarismo, el alto consumo de alcohol y una alimentación rica en carbohidratos y grasas.

Hay dos factores de riesgo que no se pueden prevenir: ser mujer y envejecer. Sin embargo, hay medidas que podemos poner en práctica para reducir el riesgo de padecerlo. La American Cancer Society recomienda llegar a un peso saludable y mantenerlo, realizar actividad física, alimentarse adecuadamente y evitar o limitar el consumo de alcohol.

La detección oportuna puede marcar la diferencia para salvar millones de vidas. Es recomendable que las mujeres mayores de 25 años exploren sus senos después de menstruar y detecten si existe algún bulto o bolita. De ser así, acudir al médico para obtener asesoría.

La mayoría de las pacientes diagnosticadas a tiempo y en etapas iniciales, sobrevive. Según la Organización Panamericana de la Salud, si reciben tratamiento existen tasas de supervivencia a 5 años del 80 al 90 por ciento.

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